Fue el pasado 8 de julio cuando el Banco Central Chino sacó toda su artillería para evitar más caídas en los mercados de renta variables chinos. La batería de medidas tomadas por el PBOC fue un nunca visto. Inyección de más de $209 mil millones en los mercados, se congelaron las cotizaciones de casi la mitad de las empresas cotizadas, cierre de cuentas de brokers de tradings de alta frecuencia, y persecución criminal a todos los que se habían puestos cortos en el mercado.
Hoy, casi un mes y medio después, el gobierno Chino ha visto cómo la revalorización que logró con todas las medidas que tomó (+18% en el Shanghai Composite) ha quedado volatilizada tras volver a caer hoy el índice en un 4,3% cerrando en los 3.507 puntos quedando este en una linea de soporte clave. Por debajo de los 3.500 puntos, el abismo. Empieza a quedar claro que cuando una gran burbuja especulativa implosiona no hay gobierno ni fuerza superior a la de la gravedad.
Mientras tanto las noticias micro y macro en China son cada vez más preocupantes:
Se hunde la actividad manufacturera
Hoy, del avance del índice gerente de compras (PMI, en inglés) elaborado por la revista económica Caixin, muestra una contracción en la actividad manufacturera china hasta su mínimo en 77 meses.
Los datos preliminares de la encuesta de Caixin revelan que en agosto la actividad manufacturera de la segunda economía mundial se ha contraído hasta los 47,1 puntos, lo que supone el registro más bajo desde marzo de 2009.
La estadística se sitúa muy por debajo del umbral de los 50 puntos que indica el límite entre la expansión (una cifra superior a 50) y el retroceso (por debajo de 50) de la actividad industrial y, además, baja siete décimas respecto a los 47,8 puntos de julio.
Pero no os preocupéis. Los datos oficiales indican que el PIB Chino sigue de momento creciendo al 7%
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