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domingo, 23 de agosto de 2015

Opinión: Maduro y Capriles: dos judíos sefardíes

Es interesante recordar, repetir y que las personas comprendan quienes son estos políticos, cual es su juego y cual es su propósito final. evidentemente el artículo que se expone a continuación expone los nexos entre dos aparentes oponentes, que al final componen una misma familia, pues son del mismo pueblo. El autor expone bastante bien lo que ya se ha dicho en diferentes artículos de este blog, que no es mas que las ascendencia sefardí de estos 2 señores, y por tanto sus nexos con el NOM. He de aclarar una vez más que no tengo nada contra los judíos, pues los verdaderos religiosos, los humanos, con los que se convive día a día son como usted o como yo, seres que solo buscan ganarse la vida indiferentemente de su religión. el problema es el sionismo enquistado, y evidentemente, al conocer como llegaron al poder estos 2 hombres, podemos comprender sus raíces sionistas, populistas y su intención de controlar y manipular.

También al leer el artículo se podrán encontrar con apellidos como Castro, López como el famoso Leopoldo que esta preso y podrán comprobar que maduro sus 2 apellidos son sefardíes. Si quieren indagar más les recomiendo usar el buscador del blog, unir las piezas y se darán cuenta de muchas verdades que los fanatizados admiradores de la mal llamada revolución bolivariana  y los alienados de la mal llamada oposición no quieren ver. Pero lean y analicen, divulguen y ayuden a sus congéneres a abrir los ojos ante tantas mentiras.


Los principales candidatos a enfrentarse electoralmente el próximo 14 de abril de 2013, luego de la muerte del presidente Hugo Chávez, Nicolás Maduro Moros y Enrique Capriles Radonski son de ascendencia judía sefardita. Es decir son parientes y sucesores de los prósperos y talentosos judíos que habitaban la península ibérica durante la Edad Media, y fueron expulsados de allí por los Reyes Católicos en 1492, coincidencialmente el mismo año en que Colón pisó tierras americanas. Se les conoce como judíos sefarditas por el nombre que en hebreo los judíos dieron a la Península Ibérica: el sefarad. Allí vivieron en paz y armonía con los cristianos y los moros durante el Medioevo, hasta que la intransigencia y el fanatismo se apoderó de los cristianos, quienes de forma obcecada y miope destruyeron esa modélica convivencia que produjo notables avances científicos, médicos, comerciales y filosóficos. Fue un paradigma de tolerancia que hizo posible, entre otros adelantos, que el pensamiento de los antiguos griegos, Aristóteles sobre todo, se trasmitiera al resto de Europa. Los semitas llegaron a España a comienzos de la era cristiana. Rápidamente se hicieron boyantes hombres de negocios y hábiles financistas, traductores y cirujanos. Gozaban, incluso de apoyo real en virtud de peculiares talentos -comercio, medicina- pero fueron constantemente amenazados, es cierto, por la saña popular. ¿No eran acaso los asesinos de Cristo? ¿No eran más ricos que todos, y además opresivamente usureros? La Iglesia Católica prohibía la usura y ello ha dado pie para afirmar que el capitalismo no podía prosperar allí. La ortodoxia religiosa, que siempre tiene un tufo étnico, tales como la pureza de la sangre, y presentándose como fundamental para la idea de España, abrió cauce al antisemitismo. La envidia, la pasión que corroe los pueblos hispánicos, hizo el resto. Nacen los pogroms y el fanatismo verbal que los hizo posibles. En 1391 cuatro mil judios son asesinados en Sevilla. En Córdoba incendian la sinagoga. Muchos judíos se convirtieron y cayeron en brazos de la Iglesia Católica. Convertidos, los hebreos siguieron siendo sospechosos. Nace la temible Inquisición. Se ha dicho que el peor error cometido por los Reyes Católicos fue la expulsión de los judíos. Los conversos comenzaron a perseguir a sus connacionales aún con más saña e intolerancia que los propios inquisidores a fin de probar su fidelidad ortodoxa. Torquemada, el gran inquisidor, por ejemplo, era judío. En 1492, de una población total de siete millones, solo había medio millón de hebreos y conversos. España se privo de muchos talentos y servicios que más tarde necesitaría urgentemente para mantener su estatura imperial, dice Carlos Fuentes. El Edicto de 1492 le cerró de tal manera a España el camino de la modernidad. Los judíos huyeron por toda Europa. En su diáspora Portugal, Francia, los Países Bajos, y también Marruecos, se convirtieron en sus obligados lugares de residencia. Y fue así como a través de los barcos holandeses se instalarán en las islas que antes eran de la Corona española, Aruba, Curazao y Bonaire, estos judíos sefarditas. Marranos unos, conversos otros. ¿Sus apellidos? Helos aquí: Curiel, Hoheb, Levi, Senior, Fonseca, Da Costa, Gómez, De Lima, López, Meza, Aniyar, Cohén, Mármol, Henríquez, Naar, Pariente, Bendayán, Pinto, Beracasa, Correa, Castro, Namías, Maduro, Moros y Capriles. De modo pues que estamos a las puertas de una confrontación entre dos judíos sefarditas: Maduro y Capriles. Cada uno representa un proyecto, los que hasta ahora son antagónicos e irreconciliables. Uno socialista, el otro neoliberal. Los hebreos crearon el monoteísmo, contribuyeron a la creación del capitalismo; en los siglos XIX y XX elaboraron el socialismo científico, el psicoanálisis y han enriquecido las artes, las ciencias, el pensamiento. ¡Casi el 30% de los ganadores de los premios Nobel son hebreos! Ojalá, y es mi deseo profundo y sincero, que tal careo electoral en ciernes tenga un balance positivo en la esfera de la concordia y la convivencia pacíficas. Que la racionalidad, donde los hebreos han hecho prodigios, se imponga a los absurdos y extremistas misticismos, que también salpican con frecuencia a este pueblo. Pueblo que representa, como ningún otro, una verdadera universalidad. Recordemos la sabiduría hebrea cuando dice que "un hombre sabio escucha una palabra y entiende dos”. En ello confío.

Gracias a Luis Eduardo Cortés Riera 

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