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domingo, 2 de agosto de 2015

WWF siervo del Agronegocio y de la globalización


El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) se ha convertido en la secretaría ambiental de la producción global de commodities. Mesas Redondas de Producción Sustentable de los peores monocultivos de la agricultura globalizada están siendo lideradas por el WWF. La Mesa Redonda de Soja Responsable (RTRS), en la cual participan corporaciones tales como Monsanto, Syngenta, Cargill, Bunge y ADM, es el caso más controversial. Una mega operación de maquillaje verde para tapar la destrucción social y ambiental que origina la soja en Sudamérica; deforestación, contaminación del medio ambiente y personas. Innumerables registros de violaciones de Derechos Humanos perpetrados por el agronegocio son ignorados por el WWF con el fin de preservar Zonas de Alto Valor de Conservación. El WWF se ha integrado a los máximos grupos de lobby de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para fomentar la privatización de los últimos bosques y las certificaciones “verdes”. El rol de la RTRS y la WWF en la cumbre del clima en Copenhague y la OMC en Ginebra es nefasto.
En Mayo del 2009 en la cuarta conferencia de la RTRS [i] se abrió una nueva senda en la charla final del evento proponiéndose mecanismos de compensación y de mercados de carbono para el Agronegocio sojero. La charla fue realizada por Jason Clay, director de la sección Mercados del WWF y vicepresidente del WWF-EEUU. Clay es un entusiasta del modelo neoliberal y la globalización económica, ferviente promotor de agrocombustibles. El presentó el mercado de carbono como la nueva oportunidad para el Agronegocio. Clay promueve, para el futuro protocolo del clima, la inserción de la soja en dos posibles mecanismos financieros; los Mecanismos REDD [1], en los cuales los sojeros serían recompensados si mantienen alguna cobertura boscosa en sus latifundios, o el acceso a créditos de carbono por prácticas agrícolas catalogadas como “conservacionistas”.
En junio del 2009, en un comunicado de prensa de la Mesa Redonda de la Soja Responsable, Jason Clay afirmó que:
“El desafío ahora es encontrar mecanismos para recompensar a los productores que protegen los bosques y el suelo, permitiéndoles la venta de carbono junto con su soja. Esta sería una situación en la que todos ganarían; los bosques y los suelos están protegidos, los productores tienen una fuente adicional de ingresos, los minoristas y las compañías pueden ahora comprar Soja Responsable como una manera de reducir su huella de carbono. Estudios preliminares sugieren que los productores en zonas forestales pueden obtener más ingresos netos con la venta del carbono que con la soja. Esto cambia fundamentalmente la soja y la convierte en un nuevo tipo de commodity”. [ii]
Un reciente informe de la Universidad de Utrecht devela la operación de conseguir créditos de carbono para la soja, la cual es interpretada por el propio Clay como la vía de salvación de la RTRS. Él mantiene que en la actualidad, al seguir los criterios de la RTRS, no hay mayores incentivos ni beneficios directos para el Agronegocio. Los grandes productores no están dispuestos a mejorar sus prácticas, si es que no logran a cambio una substancial recompensa económica. Esto es por que la soja es un modelo de producción invisible para los consumidores y con mercado y ganancias ilimitadas para los productores. En este sentido, la Mesa Redonda estaría a punto de fracasar, ya que las corporaciones no están participando seriamente en ella. En la actualidad al Agronegocio Sojero no le interesa demasiado la RTRS, se han dado cuenta que no hay campañas mediáticas que puedan afectarle el mercado. Por esta razón APROSOJA, uno de los mayores colectivos productores de soja de Brasil, abandonó la RTRS en la cuarta conferencia. [iii]
La propuesta concreta del WWF es que la RTRS apoye el desarrollo de mecanismos para que los sojeros puedan acceder al mercado internacional de créditos de carbón según cantidad de superficie de bosque preservado. En ese caso la soja podría ser vendida conjuntamente con créditos de carbono a un promedio de 5-10 US$/tonelad [iv]. A la WWF no le parece importar que la soja se siga expandiendo. Su prioridad es adueñarse de algún remanente de bosque calificado como Zona de Alto Valor de Conservación o hacer el manejo ambiental a los remanentes de bosques que dejan los latifundistas sojeros.
Bajo un supuesto manto ambientalista, ahora el Agronegocio podría beneficiarse económicamente de la privatización de los últimos bosques remanentes, propiciando desalojos de poblaciones indígenas y campesinos. En el Norte, las compañías podrían continuar comprando soja y a la vez reducir sus cuotas de contaminación. El éxito de las negociaciones en Copenhague para el WWF, según Jason Clay, podría volver a demostrar a los grandes productores el beneficio de estar en la RTRS e inclusive convencer a APROSOJA de retornar a la Mesa Redonda .[v]
Simultáneamente, bajo el término “Agricultura Conservacionista”, los agronegocios están haciendo un fuerte lobby en la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) también con el fin de lograr bonos de carbono para los monocultivos. Los criterios de sustentabilidad de la RTRS en este caso, podrían ser el sustento de futuras metodologías de Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) y/o las organizaciones miembros inclusive podrían operar como certificadoras nacionales [vi].
Ya se logró aprobar el primer proyecto de metodología de MDL que involucra a la producción de soja. El proyecto consiste en la inoculación de las semillas de soja con bacterias fijadoras de nitrógeno, a fin de disminuir el uso de fertilizantes. El proyecto fue desarrollado por Becker Underwood que ya ha establecido una alianza con Monsanto sobre la producción y comercialización de este tipo de bacterias.
También, bajo el supuesto manejo conservacionista, se promueven créditos para la Siembra Directa [3], parte fundamental del paquete biotecnológico de la soja transgénica. AAPRESID, Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa, adelantándose a las nuevas políticas, ha lanzado un programa de Agricultura Certificada (AC) potenciales certificadores de MDLs.
Por su lado Monsanto, ya ha logrado que la ley del clima a punto de ser votada en EEUU incluya el mercado de carbono para la agricultura y la siembra directa. Además, el año pasado su Fundación, el Centro de Información para Conservación de Tecnología (CTIC, por sus siglas en inglés) [4] junto con la FAO organizó en EE.UU., con el apoyo técnico de CMNUCC, una consulta sobre la Agricultura Conservacionista para la Compensación de Carbono.
En el lobby de la agricultura conservacionista, pro Siembra Directa, nos volvemos a topar con el WWF y Jason Clay en la plataforma sobre Cambio Climático, Agricultura y Comercio de las organizaciones ICTSD-IPC. Desde el año 2008 el señor Clay, en representación del WWF, es miembro del Consejo Internacional de Políticas Alimentarias y de Comercio Agropecuario, generalmente abreviado IPC [5]. El IPC es un grupo de lobby en la OMC. Está controlado esencialmente por Cargill, Monsanto, Bunge y ADM. El ICTSD es el centro Internacional de Comercio y Desarrollo Sustentable, por sus siglas en inglés ICTSD.[6]
La plataforma de ICTSD-IPC publicó en octubre una serie de recomendaciones para las dos grandes cumbres del presente año; la Séptimo Conferencia Ministerial de la OMC y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El informe propone en líneas generales, concluir la Ronda de Doha, intensificar la producción de alimentos usando nuevas tecnologías, apoyar la agricultura de conservación y los mecanismos de mercado de carbono como medida principal de adaptación a los cambios climáticos:
“Tanto la agricultura de conservación como las tecnologías nuevas pueden reducir la dependencia en combustibles fósiles y mejorar nuestra habilidad de sacar el carbono de la atmósfera y literalmente enterrarlo en el suelo, a la vez que se incrementa el rendimiento agrícola”[vii]
Evitar que los nuevos acuerdos internacionales sobre cambio climático no contravengan el marco de libre comercio y los principios de la OMC es una de las principales preocupaciones de este informe. Según ellos, ambos niveles deben tener coherencia. También define la liberalización del comercio como una medida ecológica que: “mejoraría el flujo de productos de regiones que producen comida con bajas emisiones de carbono a áreas donde la emisión seria mayor”[viii].
No hay que desestimar el poder del IPC. Esta organización ha sido denunciada por ser promotora de la demanda ante la OMC contra la moratoria detransgénicos de Europa. También estuvo involucrada en el debilitamiento de la Convención de Biodiversidad para que ésta se sometiera a los acuerdos de la OMC [ix]. Sorpresivamente, nos informamos en su página, que WWF es miembro financiador. Lo cual deja claro que el WWF no se opone ni al libre comercio ni a los transgénicos [7]
La aprobación de transgénicos por parte del WWF es cada vez más evidente. Desde agosto de este año vemos que participa en el dialogo: La “Iniciativa Cosecha Global” de las transnacionales Monsanto, DuPont, y ADM. Esta es una campaña de marketing para apoyar el desarrollo de la biotecnología. En la campaña participan WWF y Conservation International. En la conferencia que lanzó la campaña expuso Clay, sobre “sustentabilidad y la capacidad de alimentar al mundo”. [x]
En septiembre, WWF estableció una alianza con la corporación Novozymes llamada “Juntándonos en la Iniciativa de las Biosoluciones- Eliminando el primer trillón de toneladas de CO2” [8]. Novozymes, líder industrial en biotecnología, esta especializada en enzimas y bacterias. La compañía promueve fuertemente el desarrollo de agrocombustibles de segunda generación. Previamente el WWF Dinamarca publicó un estudio ‘Reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) con biotecnología industrial” basado en cálculos del equipo de Novozymes. El informe promueve esencialmente la “biotecnología blanca” [9]; la bioeconomía [10] y el nuevo concepto industrial de biorefinería [11], los cuales que implican en esencia el uso de los transgénicos (células y enzimas) para la industria y la producción de energía [xi]. En un documento filtrado en Internet se menciona asimismo la colaboración de WWF con Novozymes en la cumbre del clima. Se trata de la agenda de Europabio el grupo de lobby de la biotecnología más grande en Europa [xii]. Clay también se ha manifestado públicamente a favor de la segunda generación de agrocombustibles, tales como el etanol celulósico[xiii].
La 4ta conferencia de la RTRS confirmó la aceptación de la Soja transgénica dentro de los criterios de sustentabilidad. Tampoco en el tema de pesticidas se condenó la producción: se califica de responsable la fumigación a tan sólo 30m de la población, 200m en caso de avionetas fumigadoras! Los criterios tampoco fueron muy restrictivos sobre la deforestación; la soja responsable puede crecer en áreas deforestadas hasta Mayo del 2009. Inclusive campos abiertos posteriormente en zonas de selva, pueden ser calificados si es que no se consideran Zonas de Alto Valor de Conservación. [xiv]
Los criterios de la RTRS cumplen las voluntades de sus destacados miembros, controversiales corporaciones tales como Unilever, Monsanto, Syngenta, Cargill, Bunge, Carrefour, ADM, BP, IFC parte del Banco Mundial, entre otras muchas otras transnacionales. En la RTRS también están presentes los mayores sojeros del continente: El Grupo Grobo de Argentina tiene tierras en todo el Cono Sur. El Grupo Maggi del ex gobernador de Matto Grosso es el mayor productor mundial de soja y cabeza de todo un clan económico y político brasileño. Otro selecto miembro es AAPRESID, una institución argentina de técnicos y productores, auspiciada por Monsanto. [xv]
En la RTRS sólo participan ONG conservacionistas tales como The Nature Conservancy, Conservation International y locales sudamericanas de la WWF y Birdlife. La RTRS ha contado desde su inicio con el rechazo de ONG ecologistas y organizaciones de carácter social, principalmente del Sur. La RTRS ha sido denunciada por ser una iniciativa de maquillaje verde para legitimar la expansión del modelo de la Soja.
Las anteriores informaciones revelan el marco de actuación del WWF. La organización se adhiere oficialmente al principio de precaución sobre lostransgénicos, aunque sus prácticas demuestran totalmente lo contrario. En la actualidad esta promoviendo los transgénicos. Esta actuación hipócrita confunde en alto grado al público y a las bases locales de la propia organización. Se debe destacar que la WWF trabaja muy esmeradamente en el marketing y las estrategias de sensibilización dirigidas a sus miembros. Sin embargo, éstos no tienen idea sobre la esfera internacional y corporativa de la organización. Tampoco tienen forma de acceder y/o rechazar el juego político internacional que maneja la división internacional de la WWF.
En las vísperas de las cumbres de la OMC y la Convención del Clima en Copenhague, ya no queda ninguna duda acerca de la complicidad de WWF con el tejido corporativo. Sus actos no se pueden justificar, ya no se trata meramente de una estrategia de visión estrecha y conservacionista. Su comportamiento encubre directamente a las corporaciones, logrando desviar las discusiones y las negociaciones políticas internacionales. Las alianzas de la WWF con la industria convierten a la organización en un nuevo grupo de lobby.
Uno de los roles de la WWF parece ser obstruir las denuncias y propuestas de los movimientos sociales ecologistas y de organizaciones sociales y científicas críticas. El Panda ha acabado como el sirviente fiel que toca la sinfonía ambientalista para que el modelo de globalización económica parezca tener una vía de presunta sustentabilidad. Llegó la hora de que alguien desenmascare los negocios sucios de esta organización y que el WWF reciba el merecido repudiopopular. www.ecoportal.net
Javiera Rulli – Diciembre 6 de 2009 – Ginebra
Referencias:
[1] Reducción de las Emisiones Derivadas de la Deforestación y la Degradación Forestal
[2] APROSOJA produce aproximadamente el 25% de la cosecha anual de Brasil
[3] La siembra directa es una técnica agrícola que no requiere arar o remover la tierra. Durante la siembra, las semillas son literalmente taladradas dentro de la tierra. La combinación de la soja RR y siembra directa es un éxito comercial. El desmalezamiento mecánico (con el uso de arado) es sustituido por el desmalezamiento químico realizado con glifosato. La siembra directa hace indispensable el uso de herbicidas para el desmalezamiento; en este sentido, por ello el nombre más adecuado sería “Siembra Directa Química”.
[4] El CTIC es un centro de investigación agrícola cuyo consejo está integrado por miembros de las corporaciones Monsanto, John Deere, The Nature Conservancy (TNC), el Fertilizar Institute, Syngenta y CropLife América
[5] International Food and Agricultural Trade Policy Council (IPC)
[6] International Centre for Trade and Sustainable Development
[7] El IPC fue creado en el 1987 con el fin explicito de lograr que las reglas de agricultura del GATT de la OMC se lograran en la ronda de Uruguay. El IPC demanda la eliminación de las barreras arancelarias de los países en desarrollo y se mantiene neutro a los masivos subsidios al agronegocio en EEUU. En efecto, IPC esta manejado por los gigantes estadounidenses Cargill, Monsanto, Bunge, ADM, cuyos intereses son los beneficiados según los mismos principios de la OMC que ellos prepararon.
[8] Coming together in the Biosolutions Initiative – Eliminating the first billion tonnes of CO2
[9] La biotecnología blanca se refiere en general a OGM en forma de bacterias o enzimas usados en laboratorios para procesos industriales.
[10] La bioeconomía se refiere a “una economía basada en la biotecnología que usa materias primas renovables, particularmente la biomasa y sus genes, para producir productos y energía al menor costo ambiental, generando trabajo e ingresos”.
[11] La Biorefinería es un concepto homologo de la refinerías petroquímicas, en las cuales múltiples productos son obtenidos en instalaciones integradas. Biorefinería implica una industria que integra varios procesos de conversión para producir desde combustibles para transporte (etanol y biodiesel) hasta productos químicos de alto valor.
[iii] Nikoloyuk, J. 2009 “Sustainability Partnerships in Agro-Commodity Chains: A model of partnership development in the tea, palm oil and soy sectors.” Utrecht-Nijmegen Programme on Partnership
[iv] Ibid.
[v] Ibid.
Si la conservación queda en el camino – greenwashing, el nepotismo y Co.
“Es más fácil de penetrar en los secretos de la CIA que en el WWF,” dice Raymond Bonner, The New York Times, el periodista de investigación nuevo. Wilfried Huisman ha atrevido de todos modos. Todas las probabilidades de liderazgo WWF pesar de que ha tomado las estructuras y proyectos de la Agencia de Protección del Medio Ambiente bajo el microscopio.
El resultado de su viaje por el Imperio verde del WWF es asombroso: El WWF hizo tratos con las empresas de energía, que destruyen en Asia y América Latina, las últimas selvas tropicales para la producción de soja o aceite de palma plantaciones de biocombustibles. Un negocio gigantesco que amenaza los últimos ecosistemas naturales que quedan de la Tierra, vende millones de personas de sus tierras y conduce a la nueva hambruna. El WWF está involucrado en la expulsión de los indígenas de los bosques de la India y África – y que apoya la agricultura industrial sobre la base de la ingeniería genética. La panda de WWF goza de la confianza de los donantes hasta el momento, pero tiene una segunda cara: Para el dinero del WWF delitos ambientales industrial lava verde.



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