Han transcurrido varios días del resultado electoral del 6D y aún el Gobierno no termina de entender lo que ocurrió y mucho menos acierta en una fórmula para recomponer su situación electoral. Sigue repitiendo la misma estrategia, el mismo guion que ha usado en 17 años: confrontación, crispación y provocación (C+C+P).
A esa combinación de tres acciones obedece la serie de decisiones y movimientos que ha ejecutado el Gobierno desde que el deslave electoral del 6D lo lanzó a la lona ¿Es una lectura errada de lo ocurrido? ¿Podrán recuperarse si se mantienen en ese camino? ¿Qué hará la oposición ante los hechos?
En Área Privada de Verdades y Rumores trataremos de dar respuestas a esas preguntas y ampliar este tema tan importante ante la cercanía del 5E, fecha de instalación de la nueva Asamblea Nacional.
Los motivos
En múltiples ocasiones en Verdades y Rumores hemos analizado la seria dificultad que tiene el PSUV para manejarse en un escenario de cohabitación institucional. Hasta ahora sólo saben maniobrar en un panorama de hegemonía casi total. No comprenden la importancia del diálogo como vía democrática para construir consensos.
Ni siquiera internamente son tolerantes hacia la crítica. Ahí está el caso de todos aquellos que han disentido del accionar del Gobierno luego de la muerte del comandante Chávez. Marea Socialista y todos sus integrantes son el mejor ejemplo, aunque hay un caso reciente y se trata de la exclusión de la cual fue objeto el exministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, cuando a través del diario Panoramaadvirtió sobre la errada visión que tenían los líderes actuales del Gobierno sobre el resultado electoral.
Si internamente son incapaces de discutir y aceptar las posiciones críticas, mucho menos son capaces de conciliar con la oposición soluciones a los graves problemas que afectan a los venezolanos. Siguen al pie de la letra aplicando la misma receta que los llevó al fracaso.
C+C+P
La fórmula que suma confrontación, crispación y provocación sigue siendo la usada por los líderes del proceso. Reconocieron la derrota, pero cambiaron las razones de la derrota. Siguen achacando la principal responsabilidad a la guerra económica que es una especie de conspiración nacional e internacional, cuando la verdad señala que el fracaso del modelo político y económico es el causante de las penurias que vive a población y eso generó una combinación de castigo-cambio y esperanza en los electores.
En vez de enamorar a la población que antes había votado por ellos y ahora lo hizo por el cambio, más bien sacaron el mazo para darles con todo, incluyendo a los empleados públicos que forman parte de lo que ellos consideraban eran sus votos cautivos y garantizados.
En vez de sentarse a consensuar con todos los sectores políticos, económicos y sociales un conjunto de medidas que permitan un ajuste a la urgente situación económica, terminaron hace pocos días un Congreso Económico de Pensamiento Socialista y así excluyeron de inmediato a todo aquel que piensa distinto.
En vez de tratar de bajar la tensión y calmar la incertidumbre, más bien siguen aplicando la estrategia de apagar fuego con gasolina, cuando ellos han demostrado su incapacidad de sacar provecho de todos los conflictos que generan para distraer a la opinión pública.
Sus acciones
Con el fin de mantener la confrontación, elevar la crispación y provocar mayores conflictos; ha venido actuando desde el 6D con diversas decisiones y movimientos que han trastocado el ambiente navideño para los venezolanos.
Una de sus primeras acciones fue lanzar mensajes desde sus laboratorios de información y contra información, alertando sobre situaciones alocadas en el alto Gobierno y la negativa del régimen de permitir la instalación de la nueva AN en manos opositoras para evitar que, por ejemplo, se eliminaran las pensiones del Seguro Social a miles de venezolanos que reciben ese beneficio.
Luego se pusieron creativos y lanzaron aquel falso mensaje de twitter desde una cuenta falsa, en el cual se proponía la privatización de la CANTV y con eso trataron de recuperar el alicaído ánimo de la dirigencia y los electores del oficialismo.
Como parte de los esfuerzos desde dichos laboratorios trataron de convertir videos y audios en virales, en los cuales supuestos voceros del PSUV llamaban a una especie de rebelión contra los nuevos parlamentarios.
Asimismo se les ocurrió escoger a dedo a 400 supuestos representantes de Consejos Comunales y así no sólo juramentar en el Palacio Federal Legislativo, sino ceder parte de sus espacios, a un nuevo invento revolucionario e ilegal que llamaron “Parlamento Comunal”.
Posteriormente en una acción ilegítima decidieron escoger a un grupo de nuevos magistrados del TSJ, donde hay una presencia grotesca de militantes convictos y confesos del PSUV, cuando debieron dejar esa decisión en manos del nuevo parlamento como la lógica democrática indica.
De repente Maduro habla de compra de votos en el estado Amazonas como parte de los supuestos delitos electorales cometidos por la oposición, detienen a una mujer en Puerto Ayacucho a la que acusan de usar dinero para cambiar la voluntad popular y arman todo un show con el tema.
En la misma onda aseguran que la cantidad de votos nulos es una causal para impugnar el proceso electoral y se enfilan a meter un recurso que si llegó a la Sala Electoral del TSJ para impugnar la elección de 22 diputados de la oposición, aunque luego misteriosamente reculan y guardan la acción legal, lo que hace presumir que hubo presión militar para evitar tal incursión judicial.
Y la última jugada, por ahora, es una convocatoria de supuestos movimientos sociales oficialistas bajo el lema “Los de Chávez a la calle” para marchar el 5 de enero, lo que por supuesto busca caldear los ánimos el día de la instalación de la nueva AN.
¿Qué buscan?
Los objetivos son bien claros. Primero están tratando de crispar la opinión pública porque de esa forma se generan las condiciones para mayor conflictividad y se pudieran abrir espacios de violencia en los cuales ellos creen que sacarán la mejor parte.
En segundo lugar, tratan de convencer a los electores que votaron contra ellos, preferiblemente a los que llamaron traidores en principio, que se equivocaron porque la nueva AN privatizará y acabará con conquistas sociales que son inamovibles.
En tercer lugar, buscan colocar a la defensiva a la nueva mayoría opositora en el Parlamento y así tratar de evitar que actúen contra la corrupción y la opacidad que afecta a la información oficial, sobre todo en cuanto a los datos del comportamiento de la economía.
Y en cuarto lugar, buscan que la conflictividad política le quite espacios de atención a la crisis económica que debe agravarse en el año por llegar.
El objetivo global es sacudirse la derrota y desprestigiar, desde mucho antes de comenzar, la labor que planean ejecutar los diputados opositores a partir del 5E. Para eso están decididos a apuntalar una grave crisis institucional.
En síntesis tratan de huir hacia adelante.
¿Lograrán sus objetivos?
Hasta ahora los resultados han sido escasos y se limitan a las demostraciones de intranquilidad de algunos ciudadanos fundamentalmente a través de las redes sociales. Hay que esperar los próximos días y meses para ver los resultados de la aplicación de la fórmula C+C+P.
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