Un 30% es lo que ha caído la cotización de Volkswagen en dos días tras saberse el pasado domingo que la compañía había estado engañando sistemáticamente durante años a la agencia de medioambiente norteamericana (EPA), instalando un software en sus vehículos destinado a engañar los controles de niveles de emisiones de gases.
Hoy la compañía reconocía que el fraude se extiende a cerca de 11 millones de vehículos vendidos en todo el mundo , todos los que llevan su motor motor diésel —EA 189— utilizado no sólo en los coches Volkswagen sino también en las marcas Audi, Skoda y Seat.
“La hemos cagado del todo”, decía hoy el jefe de Volkswagen en EEUU. Efectivamente los han pillado. Todo un problema.
Un problema porque la multa puede superar sólo en los EEUU los $18.000 millones, de momento VW ya ha provisionado $6.500 millones y sobretodo porque abre importantes dudas sobre la capacidad de la compañía para producir motores competitivos en prestaciones con bajas emisiones.
Martin Winterkorn, el jefe supremo de VW se mostraba arrepentido mientras debe estar esperando que le arreglen un buen finiquito:
“Haremos todo lo posible para recobrar, paso a paso, la confianza perdida. Presento mis mayores disculpas a los clientes, a las autoridades y a toda la opinión pública por nuestro comportamiento”
Hablando de multas, no deja de resultar sorprendente que no hace muchos días General Motors llegó a un acuerdo con la fiscalía para pagar $900 millones para “arreglar” un pequeño defecto en el sistema de encendido que había causado 124 muertes y cientos de heridos entre sus clientes. Parece que sale bastante más caro incumplir la ley medioambiental que matar a tus clientes.
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