jueves, 23 de enero de 2014

LA MORALIDAD DE SER RICO

En el terreno místico, el ángel de la abundancia universal premia a los que son buenos a los ojos de Dios… o, el demonio de la riqueza cumple los deseos de quien es fiel al demiurgo satánico.


En el plano material se trata de especular, calcular, eliminar adversarios, explotar personas y recursos naturales, hacer lo que sea necesario para gastar menos y cobrar mas, engañar, prestar con altos intereses, utilizar dinero inexistente, apostar a las empresas correctas, etc.


En todos los planos, una persona que consume un producto a alto precio se convierte en un consumidor deseable, en tanto que quien no puede pagar el mismo precio se convierte en un consumidor indeseado. El resultado de esto es que los productos son enviados a los sitios donde hay consumidores de alto poder adquisitivo. Por lo tanto, el pobre tendrá acceso solo a los peores alimentos, ropas y recursos educativos y de salud.

Así funciona la sociedad de consumo.

Esto es obviamente injusto. Al carecer de oportunidades y darse cuenta de que el sistema no va a favorecerlo, el pobre tiene 3 salidas posibles: convertirse en rico de alguna forma (éxito, deportes, loto), delinquir o hacer una revolución.

En el primer caso será uno mas que desequilibre la balanza, en el segundo y tercer caso tenemos el origen de la violencia.
Pero no nos engañemos LA RIQUEZA ES LA CAUSA DE LA VIOLENCIA.
Porque se basa en ROBARLE la vida a las personas, extrayendo de su trabajo la mayor parte de la ganancia para si mismos, en vez de repartirla equitativamente.

Ser rico es INMORAL. Pero como es un estado de vida donde la arrogancia y el culto al ego han reemplazado cualquier forma de espiritualidad, ellos no van a equilibrar la balanza. La única solución posible es dejar de trabajar para ellos y de usar sus bancos. Producir nuestros propios alimentos en contacto con la tierra… y si nos vienen a molestar en nuestras granjas exigiendo impuestos o algo asi, no entregar nuestras vidas sin luchar… solidariamente, junto al resto.
Centinela 

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