La Zona Euro ha entrado oficialmente este miércoles en terreno de deflación, al registrar una tasa negativa, según los datos preliminares del IPC correspondientes al mes de diciembre.
En concreto, el IPC de la región ha registrado un descenso anual del 0,2%, su primera caída desde octubre de 2009, frente al dato anterior de una subida del 0,3% y en comparación con la bajada del 0,1% que esperaba el consenso.
Eurostat, oficina de estadística de la Unión Europea, señala que el descenso se debe a la caída del 6,3% en los precios de energía, mientras que los precios de alimentación, alcohol y tabaco se han mantenido estables. “El único aumento que se espera es en servicios (1,2%)”, comenta Eurostat en el comunicado.
La inflación subyacente, que excluye los precios de energía, alimentación, alcohol y tabaco ha registrado una subida anual del 0,8%, en comparación con el 0,7% anterior. El consenso no esperaba cambios en la cifra de noviembre.
La inflación negativa podría reiniciar la crisis de deuda
“La caída de la inflación de la Zona Euro hasta terreno negativo podría marcar el comienzo de un periodo prolongado y dañoso de deflación en la región de la moneda única”, comentan los expertos de Capital Economics. “Es algo que podría amenazar con reiniciar la crisis de deuda de la región”, afirman.
La deflación actual será más grave que en 2009
Estos expertos advierten que “todo apunta a que la deflación actual parece ser algo que durará más y causará más daño que el periodo de cinco meses en 2009”. Añaden que, si no hay un rebote en los precios de petróleo, la inflación podría llegar a registrar un descenso del 1,0% a principios de este año y quedarse en terreno negativo durante gran parte de 2015.
El BCE debe actuar a finales de enero
“En términos generales, las cifras de hoy aumentan incluso mayor presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para implementar un programa considerable de compras de activos en su reunión a finales de este mes (22 de enero)”, concluyen estos economistas.
El BCE estará seriamente preocupado
IHS Global Insight, por su parte, comenta que el BCE podría señalar que la inflación subyacente ha aumentado. “No obstante, (…) el banco estará seriamente preocupado que la entrada en deflación en diciembre llevará a un deterioro serio en las expectativas de inflación que resultará en un renovado descenso en los ya por sí preocupantes niveles bajos de inflación subyacente”, comentan.
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