lunes, 30 de noviembre de 2015

Sicarios económicos: El capital no tiene patria, solo intereses

“Los gánsteres económicos son profesionales generosamente pagados que estafan billones de dólares a países de todo el mundo”, John Perkins.
Sobre la relación entre el Plan de La Gran Venezuela de Gumersindo Rodríguez en 1976 y el programa de ajustes que impulsa su hijo para 2016

Pablo Hernández Parra / Soberania.org
“Los gánsteres económicos (Economic Hit Men, EHM) son profesionales generosamente pagados que estafan billones de dólares a países de todo el mundo. Entre sus instrumentos figuran los dictámenes financieros fraudulentos, las elecciones amañadas, los sobornos, las extorsiones, las trampas sexuales y el asesinato. Ese juego es tan antiguo como los imperios, pero adquiere nuevas y terroríficas dimensiones en nuestra era de la globalización. Yo lo sé bien, porque yo he sido un gángster económico” (John Perkins)[1].
El sueño del padre
La historia es sin duda un lugar donde las ironías tienen un terreno fértil. El caso de Gumersindo y Francisco Rodríguezpadre e hijo es un ejemplo de ellas, en particular sobre el papel que ambos han jugado y juegan en la tragedia de un país. Francisco es de hecho el nuevo inquisidor enviado por la banca internacional para llevar adelante la sentencia final contra el Estado venezolano: Restructurar la deuda y concluir definitivamente el programa de ajustes; vale decir, elevar el precio de la gasolina, unificar la tasa de cambio, liberar los precios y una mayor reforma impositiva.
El padre de Francisco, el recientemente fallecido Gumersindo Rodríguez, bajo el primer gobierno de Carlos Andrés, en su condición de Ministro de Cordiplan, fue autor del famoso Quinto Plan de la Nación o La Gran Venezuela[2]. Este plan, por un lado, tuvo la “virtud” de ser el último gran plan económico de los gobiernos que modernizaron al país y la sociedad venezolana desde Gómez[3]. Fue, si se quiere, el “sueño del marxista” Gumersindo como hombre de Estadoconstruir un país moderno que saliera del “subdesarrollo” a partir de la masiva entrada de capital a Venezuela bajo el gobierno de CAP I entre 1973-78. Las famosas teorías de la dependencia y de las Etapas del desarrollo, de moda en la época, establecían que la acumulación de capital, la formación del llamado excedente económico, era la condición esencial para iniciar el despegue hacia el llamado “desarrollo” y en ese momento el país triplico sus ingresos petroleros. Y, por el otro, este plan implicó el inicio de la “tragedia” por cuanto dio origen a la Reforma del Estado venezolano, cuyo remate a comienzos del siglo XXI ha sido la gran “misión histórica“ de Hugo Chávez y del ejército con la destrucción literal del país, estableciendo un Estado militar-policiaco fallidoque ha puesto fin en Venezuela a la llamada soberanía nacional.
Francisco Rodríguez en la introducción al libro “Rómulo Betancourt y la generación política de 1958”[4], escrito por su padre, analiza retrospectivamente el papel de éste como ministro de Planificación bajo el gobierno de CAP I y su responsabilidad en el mencionado plan. A lo largo de varias páginas trata vanamente de demostrar que un ajuste cambiario en 1978-79, le hubiese cambiado el curso a la historia en Venezuela, apoyando dicha “hipótesis” con citas de teóricos de la época como de W.W. Rostov, Myrdal y Rosenstein-Rodan.[5]. Sin embargo, subestima totalmente en su análisis el hecho notorio de que en esa época ya estaba en marcha la política de globalización dirigida desde laComisión Trilateral y el capital financiero internacional[6], con el neoliberalismo de Milton Friedman y sus Chicago Boyscomo la ideología dominante y política a seguir por los gobiernos del llamado Tercer Mundo. Efectivamente, al final del primer boom petrolero el país y en medio del V Plan de la Naciónel Estado venezolano “inexplicablemente” se había endeudado siguiendo las directrices e imposiciones de la banca mundial, igual como ocurrió con muchos países del llamado tercer mundo, empeñados con los famosos petrodólares. En otras palabras, la Banca nos prestaba nuestro propio dinero. Y este origen de la moderna deuda en Venezuela y en general del mundo, es un tema muy poco estudiado en el país[7].
En ese sentido, como lo han demostrado los hechos de la historia, todos esos planes de crecimiento, medidas y acciones que se tomaron en la época, no solo en Venezuela, sino en muchos países del hemisferio Sur, algunos estaban condenados al fracaso y muchos de ellos, incluyendo el embargo árabe, la nacionalización del petróleo, el endeudamiento, los golpes militares del Cono Sur, la Reforma del Estado en Venezuela o el fracasado golpe de Chávez en 1992[8], se inscribían dentro de esa política de globalización que marca exactamente el principio del fin de la llamada Guerra Fría y el definitivo establecimiento mundial del capitalismo de los monopolios y del capital financiero como dominantes política y económicamente, sin enemigos de clase a la vista[9].
Comienza la Reforma del Estado
Al término del gobierno de CAP I y su plan de La Gran VenezuelaLuis Herrera al serle impuesta la banda presidencial, lanza la frase lapidaria: “Recibo un país endeudado”; que, como el niño del Rey Desnudo, descubre como una pesadilla el sueño de construir la Venezuela saudita. En ese sentido, Gumersindo Rodríguez, una rara mezcla de“marxista y economista neoclásico”, como lo describe su hijo, con su utopía de La Gran Venezuela[10]marca teórica e históricamente el punto de inflexión en el desarrollo del capitalismo en Venezuela, desde su época de “ascenso” desde Juan Vicente Gómez hasta su decadencia, iniciada con el endeudamiento de CAP I y a Reforma del Estado y el viernes negro de Luis Herrera hasta hoy.
En ese sentido, en la historia contemporánea de Venezuela, desde el punto de vista de la evolución del Estado, en un país productor de petróleo se observan con claridad dos fases en su desarrollo: la Primera fase es de ascenso, la construcción de las bases económicas, políticas y sociales donde la sociedad se moderniza, nacen nuevas clases y el país deja de ser rural-agrario para convertirse en un país urbano-industrial. Es la época del Estado “paternalista”, benefactor y distribuidor de la Renta Petrolera como la principal fuente de acumulación de capital. El comienzo de laSegunda fase lo podemos situar con exactitud en el Viernes Negro, la devaluación del bolívar y la liberación de los precios por parte de Luis Herrera[11], a partir del cual se nota con claridad una etapa de descenso coronada con la actual crisis humanitaria y la instauración de un Estado forajido por parte del ejército y el lumpen político de izquierda y derecha que lo acompaña[12].
Desde finales de los ’70 del siglo XX, la caída de la economía venezolana no ha cesado. Hoy la Renta Petrolera, tanto en especie como en dólares, ha sido tomada prácticamente en su totalidad por el capital petrolero y financiero internacional[13]. Desde esa época hay un principio no escrito en la historia política venezolana, según el cual el partido de oposición o fracción militar que pretende sustituir al “mal partido o fracción gobernante” que ejerce la dirección delEstadotermina siendo un gobierno peor al anterior. Y este principio lo confirmó por todo lo alto la llegada de Maduro-Cabello al gobierno. Era imposible imaginarse algo peor que el gobierno de Chávez.
“El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”. Francisco Rodríguez, hijo del “soñador” Gumersindo y economista andino del Bank of América
Francisco Rodríguez, en el sincero escrito que hace al libro de su padre, relata una anécdota:
“Recuerdo una conversación que una vez tuve con mi padre sobre esto (Se refiere a la posibilidad del plan y la inversión de los recursos del petróleo. N.R.), en la cual él argumentaba que si hubiésemos invertido esos recursos en bonos del tesoro norteamericano, habríamos estado escogiendo invertir en el desarrollo de los Estados Unidos y no en el nuestro. Casi cuatro décadas después del momento en que el país se enfrentó a esa encrucijada, no me queda ninguna duda que apostarle al desarrollo de Venezuela era y sigue siendo la decisión correcta”[14].
Esta “patriótica” confesión de Francisco Rodríguez refleja nítidamente la contradicción entre sus funciones como representante de la banca internacional, cuya obligación es cobrarle la deuda a Venezuela y sacar del país la máxima cantidad de beneficios en interés de sus clientes, y su declaración del más puro nacionalismo. Esta revelación refleja lo que los psicólogos han dado a llamar trastorno disociativo de la identidad, perturbación que al parecer debe ser algo muy común entre los brokers, en su papel de empleados y representantes de la banca internacional, que deben muchas veces cumplir el papel de ejecutores de las sentencias de muerte contra países que supuestamente dicen apostar.
Este doble papel de los brokers bancarios encargados de endeudar a los países, es un clásico ejemplo del más puro estilo del “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde” que caracteriza a los personajes del casino financiero mundial y su macabro juego de ganar-ganar donde se apuesta con el hambre, miseria y deuda de los pueblos; en otras palabras, con el destino de la humanidad. Eduardo Semtei en un artículo describe claramente esta “doble personalidad” de Francisco Rodríguez[15]:
“…el conflicto de intereses de Francisco es rotundo. Como economista jefe de la Región Andina del Bank of América está obligado a defender a los inversionistas privados que tienen bonos de Venezuela, es decir, hacer todo lo posible para que ganen, para que suban de precio. Por otro lado, al aparecer como ‘asesor’ indirecto de Venezuela (declara todos los meses dándole recomendaciones al gobierno) tiene que haber pensado la posibilidad de que Venezuela compre sus propios bonos en descuento. Es decir, si hay un vencimiento, digamos, de 5.000 millones de dólares, valor facial, y se cotizan los bonos a 60% (3.000 millones valor de mercado), entonces para Venezuela sería gran negocio comprar en la bolsa de valores los bonos a vencerse de 5.000 por tan solo 3.000. Un ahorro de 2.000. La contradicción, amigo Rodríguez, es la siguiente: ¿hará usted lo imposible para que sus clientes del Bank of América ganen (que los bonos suban de precio) o hará usted lo imposible para que la República Bolivariana de Venezuela gane (que los bonos bajen de precio)?”[16]
Sin embargo, una descripción más exacta sobre el doble papel de los Francisco RodríguezAlejandro Grisanti oAlejandro Arreaza[17], como agentes de la banca mundial la da John Perkins, quien sinceramente se define como el propio Gánster Económico, de cuyas confesiones extraemos una idea general de las características de estos personajes, los intereses a los cuales sirven y los objetivos que persiguen. Según este sicario de las finanzas, al ingresar a la banda del capital financiero su instructora le señala lo que será su misión:
“Tu trabajo -dijo- consistirá en estimular a líderes de todos los países para que entren a formar parte de la extensa red que promociona los intereses comerciales de Estados Unidos en todo el mundo. En último término esos líderes acaban atrapados en la telaraña del endeudamiento, lo que nos garantiza su lealtad. Podemos recurrir a ellos siempre que los necesitemos para satisfacer nuestras necesidades políticas, económicas o militares. (…)
…Los dos objetivos principales de mi trabajo. En primer lugar, yo debía justificar los grandes créditos internacionales cuyo dinero regresaría canalizado hacia MAIN y otras compañías estadounidenses (como Bechtel, Halliburton, Stone & Webster y Brown & Root) en pago de grandes proyectos de ingeniería y construcción. Segundo, debía conseguir la quiebra de los países que hubiesen recibido esos créditos… a fin de dejarlos prisioneros para siempre de sus acreedores. Una vez atrapado en la telaraña el país en cuestión se convierte en un rehén de la banca. (…)
…Pese al hecho de que el dinero regresa casi enseguida a las corporaciones que forman parte de la corporatocracia acreedora, el país destinatario queda obligado a reembolsarlo íntegramente, el principal más los intereses. Si el EHM (Gangster Economico) ha trabajado bien, esa deuda será tan grande que el deudor se declarará insolvente al cabo de pocos años y será incapaz de pagar.[18]. Cuando esto ocurre, nosotros, lo mismo que la Mafia, reclamamos nuestra parte del negocio”.
¿Y qué es lo que impulsa al capital financiero en su accionar delictivo y criminal?:
“…Este sistema nuestro lo impulsa algo mucho más peligroso que una conspiración. Lo impulsa, no un pequeño grupo de hombres, sino un concepto que ha sido admitido como verdad sagrada: que todo crecimiento económico es siempre beneficioso para la humanidad y que, a mayor crecimiento, más se generalizarán sus beneficios”.
¿Y cuál es el objetivo final del accionar de estos verdaderos asesinos en serie?:
“Construir el imperio global es lo que se nos da mejor a los EHM. Somos una élite de hombres y mujeres que utilizamos las organizaciones financieras internacionales para fomentar condiciones por cuyo efecto otras naciones quedan sometidas a la corporatocracia que dirigen nuestras grandes empresas, nuestro gobierno y nuestros bancos. Al igual que nuestros semejantes de la Mafia, los EHM concedemos favores”[19].
En definitiva, el papel del capital financiero, llamado Corporatocracia, es construir un imperio mundial dominado por la banca y las empresas que a su vez controlan a los Estados y gobiernos. Hoy, desde Obama hasta Putin y desde el Papa hasta la Reina de Inglaterra lo proclaman abiertamente: Un Nuevo Orden Mundial.
Tales son, a grandes rasgos, las características de estos representantes enviados del capital bancario mundial a nuestros países, quienes a través de sus informes, asesorías y recomendaciones buscan un solo objetivo: endeudar eternamente a un país y quebrarlo. Y este trabajo de sicarios económicos lo disfrazan con el de expertos financieros, cuando en realidad no son más que unos mercenarios, verdaderos gánsteres económicos, que en su papel de intermediarios le sacan partido a las dos partes del negocio.
No podemos poner en duda el respeto y cariño que Francisco Rodríguez tuvo por su padre y que sinceramente recuerde la tierra donde nació, pero las ironías de la historia son precisamente eso: ironías. Y, en definitiva, el sueño deGumersindo de construir un “Estado moderno, poderoso, desarrollado” ha concluido con la sepultura del mismo por parte de Chávez y el ejército venezolano. Y precisamente es Francisco, el hijo del soñador, el encargado de ejecutar la sentencia y colocarle el epitafio final: “Aquí yace el sueño de la Gran Venezuela (1975-2016)”. 

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Referencias:
[1] “Confesiones de un Gángster económico”, John Perkins, Agosto de 2004.https://politikadigital.files.wordpress.com/2010/09/confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1.pdf
[2] Todos recuerdan la célebre frase que definía la época: “’Ta barato, dame dos”.
[3] Se le conoció también como el V Plan de la Nación 1976-80.
[5] Incluso hoy todavía el Sr. Rodríguez, pese a que la historia ha dado su veredicto y él es un flamante empleado del bando vencedor, se pregunta: “¿Podría haber funcionado el Big Push venezolano? ¿O, en las palabras de mi padre, era posible la Gran Venezuela?”
[6] Un resumen de dicha política lo escribimos en “Impunidad y Violencia Policial en Venezuela 2000-2009”. Pág. 79-91http://www.soberania.org/Articulos/articulo_6149.htm
[7] John Perkins, en “Confesiones de un Gángster económico”, describe estos orígenes. “En 1973 los precios del crudo se dispararon por efecto del embargo decretado por la OPEP y el presupuesto nacional venezolano se multiplicó por cuatro. El pistolerismo económico puso manos a la obra. La banca internacional volcó sobre el país empréstitos a raudales con que construir vastas infraestructuras, proyectos industriales, y los rascacielos más altos del hemisferio. En la década de 1980 empezaron a llegar los EHM de la variante corporativa. Era para ellos la gran oportunidad de empezar a practicar el oficio aprendido. Las clases medias venezolanas habían cobrado un tamaño considerable y representaban un mercado abierto para toda clase de productos. Al mismo tiempo, quedaba un sector muy numeroso de pobres dispuestos a trabajar en factorías y maquiladoras. A continuación se hundieron los precios del crudo y Venezuela no pudo pagar sus deudas”. Pag.234. Sobre el tema se puede leer: “Esos bancos en los que confiamos”, de Penny Lernoux, España, 1985 y “Venta de dinero”, de S.C. Gwynne, Mexico, 1989.
[9] Una excelente descripción y cronología de esta política y sus consecuencias se puede leer en “La Doctrina Shock”, de Naomi Klein.
[10] Francisco Rodríguez dice desconocer una crítica “académica” al plan de su padre, y olvida “La Miseria en Venezuela”, de Michel Chossudovsky, editado en 1977, que es precisamente una documentada crítica a dicho plan, develando la esencia que se escondía detrás de esos llamados Planes de la Nación, que no eran otra cosa que la asignación de la Renta por parte del Estado de acuerdo a la fuerza de los factores de poder en Venezuela. Y lo más grave en ese “olvido” del Sr. Rodríguez, este libro precisamente estaba basado en el estudio “Pobreza y marginalidad en Venezuela”, llevado a cabo bajo la Oficina Central de Coordinación y Planificación, (CORDIPLAN), dirigida por Gumersindo Rodríguez, que había contratado a un equipo de investigadores nacionales y extranjeros, entre los cuales se incluía a Chossudovsky.
[11] La década de los 70 con Caldera I y CAP I vendría a ser la fase de transición en ese proceso y precisamente el V Plan de la Nación de “desarrollo” es el último de dichos planes y el endeudamiento que ocurre marca el inicio de la fase de descenso. Guri y la modernización de las empresas básicas del Estado marcan con nitidez este último intento de llevar a Venezuela al nivel del primer mundo.
[12] Es bueno aclarar que el capitalismo en Venezuela, como parte de la economía mundial, ni ha fracasado, ni está en crisis. El Estado venezolano y quienes lo han dirigido desde Gómez, han cumplido fielmente con su papel como administradores de la Renta del Petróleo, en beneficio del capital nacional y extranjero. Mencionamos la fase de “descenso” para referirnos exclusivamente al deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores venezolanos y a las transformaciones sufridas por el Estado hasta llegar a convertirse en lo que es hoy: Un Estado Fallido, forajido, delictivo.
[13] Lo más cómico del asunto es que hoy los herederos de Chávez, los señores de Marea Socialista, creen haber descubierto el agua tibia con su propuesta de que para salir de la crisis el país debe superar el rentismo petrolero. Y esto lo afirman en el momento preciso cuando el país ya no tiene renta, y los dólares del petróleo casi en su totalidad están comprometidos y en manos del capital financiero y petrolero internacional. Precisamente la esencia de la crisis actual es que el gobierno no tiene dólares y PDVSA tiene ya tres años con una renta negativa, disfrazada con deudas y créditos.
[15] Sobre el papel de Francisco Rodríguez y Bank of América, en noviembre 2014 escribimos un articulo:https://www.academia.edu/9900332/La_crisis_de_venezuela_y_los_Mercaderes_de_Venecia_al_cobro_de_la_deuda
[16] El artículo de Semtei es un breve y excelente trabajo ilustrativo sobre el círculo vicioso en que el capital financiero ha encerrado al gobierno venezolano. Ver: http://www.el-nacional.com/opinion/insolito-economista-Francisco-Rodriguez_0_524947581.html
[17] Los dos últimos son representantes de Barclays en Venezuela.
[18] Nótese lo que significa trabajar bien según el standard de la banca: Quebrar a un país
[19] Todas las citas han sido extraídas de “Confesiones de un Gángster económico”, John Perkins, Agosto de 2004 Los subrayados nuestros.
Pablo Hernández Parra | Profesor de la Universidad Yacambú, Barquisimeto, Edo. Lara, Venezuela.
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