sábado, 10 de enero de 2015

La Resurrección de los Muertos.

En los textos bíblicos se habla de la resurrección de los muertos como algo literal, una especie de pseudo película de terror, en la que los muertos salen de sus tumbas como si tal cosa. Esta creencia omite varios elementos físicos que son imposibles de salvar, por eso la resurrección de la carne es una creencia poco menos que ridícula. Tenemos que tener en cuenta que los textos bíblicos están plagados de conceptos que se han retorcido para alimentar creencias, creencias que retuerzan las conciencias y otorguen poder a unos pocos. Si despojamos estos textos de todo ese halo de santidad y divinidad, podremos formarnos un criterio algo más cercano al concepto real que quedo enmascarado en ellos. Seguir creyendo en la resurrección física de los muertos carece de sentido a pesar de ser uno de los dogmas de fe más poderosos que tiene la iglesia. De los muchos muertos que han de resucitar, llegado el hipotético día según ese dogma, hoy no queda ni una sola mota de polvo, con lo cual veo complicado que retomen la carne, eso sin contar con el hecho de que las conciencias de esos muertos habitan ya en distintos cuerpos.
La verdad, es que tanto científicamente, como espiritualmente, la resurrección carece de toda lógica y no responde a ninguna ley escrita. Esto no quiere decir que esa resurrección no vaya a ser efectiva, no solo creo que los muertos volverán, sino que lo se. Borremos de nuestra mente la imagen ese hipotético y bíblico “Walking dead” porque eso no va a pasar, tenemos que tener en cuenta que esos muertos somos nosotros, hemos consumido muchas vidas y hemos enterrado muchos cuerpos, por lo tanto, esos muertos que según la biblia resucitaran y tomaran la carne, no lo harán físicamente, en esos cuerpos consumidos y marchitos, que enterramos hace siglos, sino que esos muertos, esas vidas, volverán a nuestra memoria. Recordaremos, veremos como todas esas etapas quemadas inútilmente, vuelven a tomar la carne, nuestra carne, en el hoy y el ahora. Nuestra carne y nuestros huesos serán los que tendrán que sostener todos esos muertos, todas esas vidas que nos pertenecen, que fuimos nosotros y que nos robaron al provocarnos el olvido. Nuestra conciencia es la que tendrá la oportunidad de sacar a la luz todo lo que vivió anteriormente.
Nos justifican el olvido de lo que somos, como la forma de dar autenticidad al juego de la vida, ese juego amañado y tramposo, donde el sufrimiento a sido el vehículo que nos ha transportado durante siglos, en los que vivimos y morimos miserablemente por causas que volverán a nuestra memoria y que tendremos que aprender, a soportar esa carga. Los muertos volverán a ti, a recordarte quien fuiste, que hiciste y como moriste, volverán como las oscuras golondrinas, cargados de dolor, pero también de amor. Esos muertos fuimos nosotros y volverán a tomar esta vez, nuestra carne, todos ellos tomaran nuestro cuerpo y tendremos que darles cobijo en nuestra mente, integrarlos e identificarlos con lo que somos hoy. De cómo lleguemos conciencialmente a este momento, dependerá nuestro avance. Tendremos que tener la suficiente madurez como para integrar siglos de vivencias en nuestra memoria, siglos de sucesos de todo tipo, que de no estar preparados, nos pueden hundir para siempre, pero no quiero caer en lo negativo, ya que sin duda esto es algo altamente positivo. Gracias a que recuperaremos e integraremos esas vidas pasadas en nosotros, gracias a que nuestros muertos vuelven a integrarse en nuestro equipaje, evitaremos cometer los mismos errores, gracias a nuestra memoria, comprenderemos quienes somos y veremos con más perspectiva y profundidad, donde debemos encaminar nuestros próximos pasos. También recuperaremos nuestros dones, recuperaremos nuestras habilidades, todas las lenguas que hablamos, toda la cultura y los conocimientos que adquirimos, todo volverá a ser nuestro.
Los cementerios solo serán testigo mudo de todo lo que quedo de nosotros tras nuestras repetidas reencarnaciones, los huesos que descansan en ellos vivirán para siempre en nuestra memoria. Sabremos por fin, que somos tan viejos o más, que la tierra que pisamos, que el universo entero nos pertenece y que podremos salir de aquí si lo deseamos, porque sabremos como actuar, sabremos que decidir y sabremos donde queremos ir. Ya nada coartara nuestro destino, ningún apego será lo suficientemente poderoso como para lastrarnos a repetir otra vez este episodio en constante reposición. Se acabaran los bucles de vidas y encarnaremos en la forma y el momento que deseemos, sin presión, sin engaño, sin mentiras. Las puertas de la prisión de nuestra mente se abrirán, los velos caerán, la memoria retornara y nosotros por fin seremos nosotros, sin etiquetas, sin nombre ni numero, sin clase, sin raza, sin tierra, eternos e inmortales.
Publicado por Ruben Torres

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