miércoles, 30 de diciembre de 2015

“Tardaremos cientos de años en comprender nuestro cerebro”

Leo en la prensa sin sorprenderme demasiado el siguiente titular “Tardaremos cientos de años en comprender nuestro cerebro”, lo cual para nada me pilla de sorpresa:

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El cerebro humano, –y de todos los seres vivos- es la obra sublime de un Creador, fruto de una conciencia superior. Tal es el caso que según el neurofisiólogo José Luis González Mora afirma “No hay actualmente una red de ordenadores que tenga potencia suficiente para generar la simulación del funcionamiento de una célula cerebral”.  Cabe recordar que los procesadores actuales se miden en MIPS, (millones de instrucciones por segundo), por ejemplo un Intel Core i7 5960x fabricado en 2014 procesa 298190 MIPS. Pues bien, si habilitásemos una red de 50 de estos ordenadores trabajando en paralelo, tendríamos un proceso de 14909500 MIPS, comunicándose en una red de fibra óptica de 10GB de ancho de banda. Pues bien, con todo este despliegue de potencia tecnológica actual, no se podría emular ¡ni una sola neurona!. Sin contar que para habilitar estás 50 computadores se necesitaría una sala CPD habilitada para tal fin, con refrigeración, etc… ¿y una neurona cuanto ocupa y cuanta electricidad consume?
Otras afirmaciones nos dan una idea de que el cerebro es demasiado complejo para haberse creado por una serie de afortunados accidentes (selección natural):
Para hablar de la complejidad del cerebro señaló que en un milímetro cúbico del mismo hay entre 50.000 y 100.000 neuronas, con lo que hay más de 1.000 millones de conexiones posibles, y comentó que el ser humano es un cerebro que se desconoce a sí mismo.
Indicó que un cerebro humano tiene entre 180.000 y 200.000 millones de neuronas, cada una de las cuales tiene entre cinco mil y diez mil conexiones posibles, con lo que la cifra es “escandalosa”, (para hacerse una idea de esta cifra, si se pusiesen en línea recta todas las fibras nerviosas, alcanzarían una longitud de 400.000 kilómetros),[Se podría dejar atrás la Luna desde la Tierra] lo que le lleva a pensar que en cien años no se podrá conocer qué pasa en el cerebro.
Cabe añadir que la opinión de José Luis González contiene un desafortunado párrafo:“González Mora explicó que el cerebro es fruto de millones y millones de años de evolución”. Sé que esta frase de rigor al comienzo del artículo es imprescindible a modo de mantra, para que quede bien claro que a pesar de la complejidad del cerebro su artífice fue la selección natural. Esta línea le permitirá a este doctor seguir siendo financiado y respetado por la comunidad científica.  Para refutar tal vacua y nefanda frase basta con mencionar la interdepencia del cerebro con otros órganos sensoriales como el ojo.

un ojo complejo es inútil sin un cerebro que interprete los datos visuales, pero el modelo no considera el problema de la evolución de las necesarias zonas del cerebro. Al menos en los seres humanos, las partes del cerebro que tienen que ver con la visión son mucho más complejas que la propia retina, y es preciso que la zona visual del cerebro tenga una estrecha correlación con la retina para que haya significación en lo que el ojo ve. 3. Para que un ojo sea de utilidad, tiene que haber una conexión entre el cerebro y el ojo, lo que, en el caso de los humanos, conlleva un nervio óptico que tiene más de un millón de fibras nerviosas por ojo, y las fibras tienen que estar debidamente conectadas. El nervio óptico de un ojo se cruza con el nervio óptico del otro, y tiene lugar una compleja clasificación de la información visual. Algo más adelante en el sistema se da una clasificación mucho más compleja cuando las células nerviosas llevan los impulsos al interior del cerebro. Cabría esperar muchos ensayos aleatorios antes de que la evolución estableciera los modelos adecuados de conexión. (La ciencia descubre a Dios, Ariel A. Roth).
Es decir, simplemente el nervio óptico con su más de un millón de fibras nerviosas solo puede estar bien de una manera, como el cubo de Rubik . Para que la evolución del cerebro tenga sentido es necesario que mute de una forma convergente con los órganos sensoriales, a través del sistema nervioso, sin olvidar el sistema muscular y circulatorio…
Leyendo estas noticias, solo podemos afirmar: Bendito sea Dios por haber creado el cerebro humano, con un diseño excelente fuera de la comprensión humana y de la emulación por computadoras. El cerebro nunca pudo crearse por selección natural, fue perfecto desde el principio.

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