Hace unos meses, mientras cruzaba el parque del retiro madrileño me encontré con una “carrera femenina contra el cáncer de mama”, patrocinada por una marca de leche (creo recordar que Central Lechera asturiana).
Observé a las corredoras, a las que podría calificar como mujeres cultas, la mayor parte de ellas podría asegurar -por su imagen- que con carrera universitaria, y me quedé pensando: “todas estas mujeres piensan que corriendo juntas diez kilómetros habrá menos cáncer de mama”.
Y me quedé así, pensativo, visualizando un cartel en el que se establecía la siguiente “Causa-Efecto”.
CORRER DIEZ KILÓMETROSPATROCINADAS POR UNA MARCA DE LECHE=REDUCCIÓN DEL CÁNCER DE MAMA.
Increíble. Y me quedé así unos segundos, absorto ante el poder de la Propaganda sobre las personas que se dejan manipular. Los zombies.
Acto seguido, me acordé de los llamados “círculos de escépticos” que combaten ferozmente las disciplinas alternativas que creen en el poder de la energía como método para la sanación y me pregunté por qué no lucharán contra esta creencia a todas luces supersticiosa que consiste en organizar un acto publicitario “por una buena causa”, consiguiendo congregar a miles de inocentes personas, creyendo que van a hacer el bien… ¡promoviendo una marca!
La vida moderna está repleta de estos actos propagandísticos, organizados por marcas publicitarias que consiguen manipular las emociones de las personas en provecho propio ¡y con el apoyo de los medios de comuninación!
Nada nuevo bajo el sol.
Hace ya casi un siglo que el sobrino de Sigmund Freud, Edward Bernays, expuso las pinceladas básicas para aprovecharse de los buenos sentimientos humanos en provecho de la industria; sabía que hay emociones como el miedo que se combaten mejor en grupo y que el esfuerzo es un valor para los cristianos, por lo que sus discípulos actuales se han dado cuenta que las pequeñas carreras de 10 kilómetros son ideales para generar esa sensación de “hacer el bien” por medio del esfuerzo.
Si escribo estas líneas precisamente ahora es porque hace una semana ha habido una campaña de este tipo por internet que consistía en tirarse un cubo de agua helada por la cabeza “para luchar contra una enfermedad rara”.
Por supuesto que el estrambótico razonamiento de relacionar lo uno (tirarse un cubo de hielo por la cabeza) con lo otro (solucionar una enfermedad rara) en la creencia de que los gobiernos le prestarán así más atención es absolutamente irracional desde el momento en que sabemos que el objetivo de los gobiernos es hacernos la vida lo más difícil que puedan y, a poder ser, matarnos a base de tóxicos y escondiéndonos las soluciones a las continuas nuevas enfermedades que nos aquejan.
Ha habido algunos comentarios de blogueros decodificando el ritual como una ceremonia iluminati y no creo que vayan muy desencaminados; el acto en sí parece un bautismo y desde luego, parte de una especie de acto de contrición o penitencia. Hay una película de los años 80 llamada Flashdance en el que la protagonista se tiraba un cubo por la cabeza: si no recuerdo mal era como un acto de renacimiento para ella (la canción decía “What a feeling”: ¡qué sentimiento!).
La novedad ha consistido en que algunos (pocos, a Dios gracias) conspiranoicos han caído en la trampa, bien es cierto que el más conocido de todos ellos, por motivos personales (haber sufrido una pérdida irreparable por una de esas enfermedades). ¡Incluso llegaron a proponérmelo a mí! ¡No daba crédito! ¡Menudo insulto a mi inteligencia!
La campaña tenía su “intríngulis”, hay que reconocerlo, porque contenía “un reto”: el ser capaz de soportar el dolor de recibir un cubo de hielo sobre tu cabeza, que lleva implícito el “helar tus ideas” y el desafío que conlleva. (‘Si no aceptas, eres menos fuerte’). Ahí radicó su éxito: en realidad, el objetivo en sí de la campaña era lo de menos y de hecho, las personas que me recordaron que había sido “retado” ni se atrevían a mencionar el absurdo supuesto origen de la misma; en realidad, daba igual, lo importante era que se extendiera el “meme”, que los iluminati han creado en estas precisas fechas dios sabe por qué (¿reseteo monetario?).
Sin duda que esta técnica MK Ultra nos puede recordar lo fácil que es engancharse a estas campañas herederas del sobrino de Sigmund Freud, Bernays.
Si no lo habéis hecho, leed su libro “Propaganda”: os sorprenderá que un tipo haya anticipado como lo del cubo de agua ¡un siglo atrás!
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