jueves, 9 de abril de 2015

Mientras más bulla haga Caracas mejor para La Habana y para Obama

Alfredo Michelena / El Nuevo País

Se ha acusado a Obama de facilitarle a Maduro su recuperación. En realidad, con la cruzada antiimperialista, según Datanalisis, la aceptación de Maduro subió 2% -dentro del margen de error. Lo cierto es que han hecho mucha bulla y van a hacer mucha más.

Hay varias razones para que la Casa Blanca haya hecho esto ahora. Ya me he referido a que hablar de “amenaza..,” es una necesidad formal, legal, para aplicar la ley sobre Venezuela aprobada en 2014, por el Congreso. Pero políticamente hablando hay otras. En lo doméstico Obama logra cambiar el foco del tema cubano al venezolano. Esto es bueno para Obama y los demócratas frente a los que lo critican por negociar con Cuba. Pero además es bueno para Cuba. Por eso los Castro frente a esta “inminente invasión” lo que han hecho es criticar, pero no se han parado de la mesa de negociaciones, ni siquiera de forma simbólica. Mientras más bulla haga Caracas mejor para La Habana y para Obama. 

Internacionalmente, el gobierno de EE.UU. ha creado un hito al reubicar el tema de las violaciones de DD.HH. enVenezuela en la palestra mundial. Cada vez que Maduro insista en la invasión, ellos hablarán de violaciones de DD.HH. y corrupción. Esto emplazará a los decepcionantes gobiernos de la región a romper su silencio cómplice y a tomar posiciones más valientes en defensa de los DD.HH. Además ya está facilitando las acciones internacionales de la oposición al brindarle mayor asidero para sus denuncias. 

Má allá de los DD.HH., muchos aprecian que el verdadero problema es un régimen que ha provocado una gran crisis económica, política y social, que no puede con ella y que va en vías de convertirse en humanitaria. Temen el “Efecto Venezuela”, es decir, que la crisis se desborde y afecte a la región.

Internacionalmente, se puede soportar un gobierno dictatorial si cumple con algunas condiciones, como que tenga un cierto ropaje democrático, que responda económicamente a sus compromisos internacionales y que su desgracia no se expanda a los vecinos. Pero cada vez hay más dudas sobre el carácter democrático del régimen, es menos posible esconder la violación de los DD.HH. y la crisis se está saliendo de control. Frente al miedo al “Efecto Venezuela” la comunidad internacional está en una disyuntiva. Deberán escoger entre apoyar al régimen, en la dudosa inteligencia de que esto estabilizará las cosas, o optar por comenzar a buscar alternativas, si creen que el régimen no es capaz de resolver sus asuntos por si mismo. Ya EE.UU. habló.

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