¿Por qué no lo tocan? ¿Por qué no lo meten preso? ¿Por qué NO LO MATAN? ... son preguntas malintencionadas referidas a mi persona que son lanzadas de vez en cuando a la opinión pública desde las filas donde opera el colaboracionismo politiquero de “oposición” y su fanaticada, quienes han llegado al colmo de la infamia al insinuarle a los venezolanos que, como todavía estoy vivo y no estoy escondido ni huyendo ni sepultado en alguna de las cárceles castrocomunistas venezolanas, trabajo para el SEBIN o en todo caso, para la dictadura castrocomunista. Su intención es calumniarme para desprestigiarme evitando que los ciudadanos se identifiquen con mi línea nacionalista y sigan el ejemplo que desde hace muchos años les estoy dando. Para el colaboracionismo politiquero de “oposición” venezolano el honor es un sentimiento que pertenece al pasado; el valor es una conducta salvaje y por lo tanto incivilizada, la honestidad y la verdad tienen un límite y el patriotismo es simplemente una enfermedad mental, un raro tipo de demencia que hay que erradicar de Venezuela. Para el colaboracionismo politiquero de “oposición” venezolano, a Venezuela no hay que defenderla de sus enemigos sino negociarla con ellos
¿Por qué no lo tocan? ¿Por qué no lo meten preso? ¿Por qué NO LO MATAN? no son preguntas ingenuas producto de una simple expectativa sino malvadas e insidiosas. Constituyen también una petición macabra disfrazada de pregunta. Quien la creó y quienes la vociferan saben la respuesta pero lo que realmente quieren es azuzar (haciéndose los pendejos) a la cúpula de la banda de narcotraficantes asesinos y ladrones que usurpa el poder en este país para que, en una de sus diarias crisis de bestialidad visceral, den la orden de venir a acabar conmigo en forma definitiva. Quienes mediante esta “pregunta espontánea” piden mi cabeza lo que verdaderamente quieren es verme destruido pero no tienen las agallas, el coraje, para atacarme frontalmente, para venir a hacerlo ellos mismos, y por eso buscan que la dictadura castrocomunista lo haga.
No obstante lo anteriormente expuesto, y a pesar de que sé bien lo que traman, he decidido hacerme el pendejo también y “jugar su juego” dándole respuesta a sus “inocentes preguntitas” de la forma más clara y contundente. Para responderlas necesito trasladarme en el tiempo hasta la mañana del día miércoles 28 de Abril del año 2010, cuando quien suscribe, luego de haber enfrentado una investigación penal militar que duró más de dos años, se encontraba en el Fuerte Militar Tiuna, en la sala de audiencias de la Corte Marcial de la República, sentado en el banquillo de los acusados escuchando al "Juez" Militar, Mayor de la Guardia Nacional Ramón Alí Peñalver, ordenar llevarme a Juicio Militar en el Consejo de Guerra de Caracas acusándome de haber cometido los delitos militares de insubordinación, desobediencia y falta al decoro. ¿POR QUE?, por haberme opuesto en el año 2007, cuando todavía era un General en servicio activo, a que Hugo Chávez, primer Procónsul cubano en Venezuela, impusiera el lema cubano "patria, socialismo o muerte" a la entonces FAN venezolana. Por oponerme a lo que fue la punta del iceberg de toda la tragedia que vive Venezuela hoy. A mi lado estaban mis abogados de entonces el Doctor Gonzalo Himiob Santomé y la Doctora Úrsula Rodríguez.
Antes de emitir su veredicto de llevarme a juicio militar (cumpliendo las órdenes de Hugo Chávez) el entonces "Juez" Peñalver, con palabras temblorosas, se dirigió a mi persona diciendo: "Mi General... Tiene usted algo que decir”... le respondí que sí, me puse de pie y pronuncié unas emotivas palabras que me salieron del alma producto de la inmensa rabia y gran decepción que sentía en ese instante. Esas palabras fueron asentadas textualmente en el expediente del juicio por el secretario del tribunal, luego difundidas por el Doctor Himiob y le dieron la vuelta al mundo en los días siguientes generando mucha actividad en los medios internacionales, y redes sociales, no así en los medios de comunicación venezolanos. En este momento no voy a traer el texto completo de todo lo que dije en ese instante porque alargaría mucho el presente escrito, el que quiera saberlo solo tiene que colocar en el buscador de Internet la siguiente frase: "Palabras del General Ángel Vivas al tribunal militar que le abrió juicio" y encontrará mucho material al respecto. Ahora solo voy a recordar un fragmento de lo que dije en ellas, el cual considero fundamental para que los "inocentes" que no entienden el porque todavía estoy vivo y no estoy en una cárcel... lo entiendan de una vez por todas. Esas palabras son las siguientes:
"... podrán meterme preso, podrán asesinarme, en todo caso tendrán solo el cuerpo del General Ángel Vivas pero nadie tendrá al General Ángel Vivas, nadie logrará que este soldado se rinda ante intereses extranjeros o ante aquellas personas que están entregando la patria y rindiendo sus armas a esos intereses extranjeros...”
Los que no saben qué es honor, valor, dignidad y patriotismo creyeron que estaba hablando paja y no le dieron mucha importancia a mis palabras.
Paso el tiempo y en la tarde del día sábado 22 de febrero del año 2014, en cadena nacional de radio y televisión, el segundo Procónsul cubano en Venezuela, Nicolás Maduro Moros, insultándome, calumniándome y haciéndome acusaciones infundadas, se pasó por el forro de sus testículos a todas las instancias legales al acusarme, enjuiciarme, sentenciarme, condenarme y mandar a meterme preso, todo en un mismo acto, frente a cámaras y micrófonos, mientras una turba disfrazada y pintarrajeada de rojo lo aplaudía y vitoreaba. Ese Día, el genocida y terrorista colombiano que usurpa el cargo de Presidente de nuestro País, emborrachado de poder y azuzado por las adulaciones de los integrantes de su séquito y las ovaciones de la turba, emitió una orden verbal a todos sus esbirros para que me salieran a buscar, me agarraran y me llevaran ante su "omnipotente" presencia: "... he ordenado detener al General en situación de retiro Ángel Vivas, que lo busquen y me lo traigan" dijo, cual Nerón ordenando que llevasen encadenado ante su divina presencia a Pedro, jefe de los Cristianos, para después crucificarlo. Inmediatamente todos los mecanismos de seguimiento y represión castrocomunistas en Venezuela se activaron en mi contra.
Al día siguiente, domingo 23 de febrero, esbirros cubanos y venezolanos acompañados por tropas venezolanas rodearon mi casa para penetrar en ella y sacarme por la fuerza sin una orden legal (secuestrarme). Lo que pasó ese día todo el mundo lo sabe y lo que dije también pues mis palabras fueron traducidas en todos los idiomas existentes dándole la vuelta al mundo. Por esa razón, porque todo el mundo lo sabe, es que no voy a repetir ahora todo lo que dije ese día. Solamente voy a traer en este instante las siguientes palabras, muy conocidas y difundidas:
"...no me entrego y no me rindo..."
Tanto en lo que dije al "Juez" Peñalver y su "tribunal" el 28 de abril de 2010, como en las anteriores palabras, que dije al mundo desde el balcón de mi casa y con mi fusil en la mano, tres (3) años, nueve (9) meses y veinticuatro (24) días después, está la respuesta que buscan quienes hipócritamente se preguntan por qué no me tocan y por qué no me meten preso. No lo hacen porque saben que este venezolano patriota y nacionalista integral no se entregará y no se rendirá ni al invasor cubano ni a los traidores venezolanos que le sirven. Solo les queda la opción de matarme, eso si pueden hacerlo pues tienen miles de esbirros y asesinos armados a su servicio y yo solo soy un hombre de casi 60 años de edad. Pero si hacen eso y deciden matarme solamente tendrán el cuerpo del General Ángel Vivas mas no tendrán al General Ángel Vivas, tal y como lo dije el día 28 de Abril de 2010 a los traidores del tribunal militar que me llevó a juicio encabezados por el entonces Mayor de la Guardia Nacional Ramón Ali Peñalver. Tal vez no han decidido mandar a matarme, porque los integrantes de la cúpula gerontocrática de la dictadura castrocomunista cubana, que son quienes realmente gobiernan en Venezuela, temen que yo sea más peligroso muerto que vivo. Temen que al morir me convierta en un poderoso espíritu de luz que aplaste al espectro del socialismo o demonio del castrocomunismo, no solamente en Venezuela sino en toda América… y tal vez más allá, todo depende de la voluntad de DIOS TODOPODEROSO, Dios de los ejércitos, el único que obra maravillas a cuyo amparo vivo, a cuya sombra moro y cuyo poder invoco a cada instante para que me permita seguir adelante en esta lucha hasta que llegue el día en el que pueda ver a los enemigos de Venezuela destruidos.
Así pues ... ¡YO NO ME ENTREGO Y NO ME RINDO! ante el invasor cubano y los traidores venezolanos que le sirven.
Esta es mi respuesta.
Esta es mi respuesta.
Saludo libertario
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