domingo, 5 de octubre de 2014

La confiaza

Este tema trata de algo que muchos la buscan y no saben encontrar, otros la tienen y no comprenden su poder, Pero siempre está ahí para los que están dispuestos a encontrarla, y siempre lo vemos complicado, pero es de lo mas sencillo. Esta es la confianza, la capacidad de confiar en nuestro ser y nuestras habilidades, sin perder el autoestima y la voluntad en el proceso. Este, es un camino complicado para el individuo, pues el sistema quiere mantenernos en la inseguridad, tanto económica, como intelectual, moral, espiritual.. en general todos los sentidos que podamos imaginar.

Pero veamos el concepto para entender la etimología de la palabra.

"El término confianza se refiere a la opinión favorable en la que una persona o grupo es capaz de actuar de forma correcta en una determinada situación. La confianza es la seguridad que alguien tiene en otra persona o en algo. Es una cualidad propia de los seres vivos, especialmente los seres humanos, ya que aunque los animales la posean, estos lo hacen de forma instintiva, al contrario que los humanos, que confían conscientemente. Al ser algo que se hace consciente y voluntariamente, supone trabajo y esfuerzo conseguirla. A pesar de que sea costoso llegar a ella, se caracteriza por ser una emoción positiva."

Teniendo este concepto claro, se evidencia la necesidad de tener confianza, de fomentarla y de practicar con nosotros mismos, observando nuestras debilidades, en que fallamos, en que somos mejores, como podemos cubrir las falencias, y como podemos ser mejores cada día. la confianza en lo que hacemos y en lo que somos es sumamente importante, pues debemos tener total capacidad de saber que queremos hacer y que consecuencias o que fin queremos concluir de las experiencias aprendidas. 

Sin confianza, no hay seguridad, y sin seguridad todo reto, planteamiento, proyecto u enprendimiento es mas que probable no llegue a buen termino, pues caeremos en el miedo y si el miedo nos domina, iremos a la inacción.



Aquel que conoce a otros es inteligente, Aquel que se conoce a sí mismo es sabio
  Lao Tsé


La confianza en nosotros mismos posibilita que las actitudes exteriores cambien a nuestro alrededor, de manera sutil pero evidente, porque un ser confiado, expele esa confianza y los que están cerca la puedan sentir. Recuerde amigo lector que todo es energía, es así como los animales huelen el miedo o si se está herido, es lo que expelemos, y esto afecta nuestro comportamiento y la interacción con las demás personas, aunque lo racional o lo que el sistema considera como racional no nos permita ver esto desde el punto de vista acá planteado.

Es por ello, que debemos dejar el miedo, luchar y confiar en nosotros mismos, aprender de los errores, maximizar las actitudes y enseñanzas positivas y saber que las puertas del cielo o del infierno están en nosotros mismos.

Enseñanza Zen: El monje y el guerrero
Un guerrero fue a ver al maestro zen Hakuin Ekaku y le preguntó: ¿Existe el infierno?, ¿Existe el cielo?, ¿Dónde están las puertas que llevan a ellos?, ¿Por dónde puedo entrar?” Era un guerrero sencillo, los guerreros suelen ser sencillos, sólo conocen dos cosas: La vida y la muerte. Él no había venido a aprender ninguna doctrina, sólo quería saber dónde estaban las puertas para poder evitar el infierno y entrar al cielo.
El maestro Hakuin le respondió. “¿Quién eres?”, le preguntó Hakuin. “Soy un Samurai”, le respondió el guerrero, “Hasta el Emperador me respeta”, agregó. Hakuin se río y contestó: “¿Un Samurai tú?, pareces un mendigo”. El orgullo del samurai se sintió herido y olvidó para qué había venido. Desenfundó su espada y cuando ya estaba apunto de decapitar al maestro, éste le dijo: “Esta es la puerta del infierno. Esta espada, esta ira, este ego, te abren la puerta.” Esto es lo que un guerrero puede comprender. Inmediatamente el samurai entendió. Enfundo su espada y Hakuin dijo: “Aquí se abren las puertas del cielo”.
La mente es el cielo, la mente es el infierno, y la mente tiene la capacidad de convertirse en cualquiera de ellos. Pero la gente sigue pensando que existen en alguna parte, fuera de ellos mismos. El cielo y el infierno no están al final de la vida, están aquí y ahora. A cada momento las puertas se abren… en un segundo se puede ir del cielo al infierno, del infierno al cielo”.


Si fallamos, no debemos desesperar, solo debemos tomar la experiencia y aprender, para no volver caer en el error, con amor por nosotros mismos y por el prójimo, un paso pequeño cada día hacia, pero como el agua que llena el cántaro hasta que lo rompe, si seguimos en la senda de confiar y mejorar nuestras habilidades, siempre saldremos victoriosos de cada batalla y al final ganaremos esta guerra, una guerra a veces sutil, y otras muy vívida en la que estamos luchando.

Tengamos confianza en nuestros nobles propósitos, si la tenemos, nuestro SER no nos abandonará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario