domingo, 12 de octubre de 2014

Sobre la Pertenencia, el sentido del Amor

Sobre el Artículo PERTENENCIA, un escrito echo por el amigo Carro que esboza muy bien el sentir de este humilde servidor.

Alguien me dijo, no hace tanto, por aquí:
Carro:



En "Ilusiones", Donald le dice a Richard que observe la belleza del atardecer.
Richard le dice: "¿no dices que todo son ilusiones?, ¿como es que ahora dices que vea la belleza del atardecer si sólo es una ilusión"".
Donald le responde: "El atardecer es una ilusión, la belleza es real".

Los lugares y las edades forman parte de la ilusión que nos ha tocado experimentar e incluso, hasta cierto punto, las personas son irreales también, dado que en muchos casos son -somos- casi a tiempo completo, UdC dormidas con una muy leve conexión inconsciente con nuestro verdadero Ser.
Aún así, si puedo sentir algún sentimiento de pertenencia hacia algo de lo que me rodea es, sin duda, hacia las personas con las que he compartido mi vida. Los lugares y los tiempos sólo tienen sentido porque ciertas personas estaban en ellos compartiéndolos conmigo. Sin ellas nada hubiese importado.
Como decían en "El quinto elemento""Sólo el amor es importante".
Sólo el amor, da igual con mayúsculas o minúsculas -sólo hay uno de verdad- hace que las cosas importen, que pueda sentir que pertenezco a alguien, nunca a algo, que en el fondo no es más que una mera ilusión. Y no hablo de pertencia a una pareja en el sentido más posesivo del término, sino de pertenencia a las personas que he querido, amigos, amigas, novias, pareja, padres, algunos miembros de mi familia, hijas... Siempre perteneceré a ell@s porque cada día viven en mi corazón, estén o no conmigo, formen parte o no ya de mi vida. Cada día l@s escucho, los veo, añoro a quienes ya no están conmigo, me aconsejan, se rien conmigo, y de mi alguno que otro...
Sólo se puede pertenecer a lo que se ama, porque el amor, como la belleza, es real en este mundo ilusorio. Podemos creer que amamos un lugar o una edad que vivimos tiempo atrás, pero no se puede amar algo inerte, eso no es amor, sino posesión, un intento de atesorar algo que por propia naturaleza era efimero, que se fué y que nunca volverá.
Pertenezco a quienes viven en mi corazón.

Gracias Carro por dejar publicarlo. LAP

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