sábado, 11 de octubre de 2014

Rajoy caerá y Cataluña acabará votando

Viendo los acontecimientos en esa parte del mundo, me recuerda los artículos de SoySanador, por lo visto la independencia de Cataluña va viento en popa, y de este lado del mundo las consecuencias son impredecibles. Veremos en que termina todo esto, solo espero que culmine, pues no se cuanto tiempo aguantemos esta situación.

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su antecesor Jordi Pujol en el momento de atribuirse facultades que todavía no habían sido transferidas, sin ir más lejos la implantación de la televisión catalana TV3. La política de hechos consumados tiene demostrada su efectividad: Pujol siempre fue un paso por delante que el gobierno de Madrid. Con estos antecedentes parece mentira que Rajoy y compañía insistan en ir a remolque de los acontecimientos de la hoja de ruta marcada por el soberanismo catalán. En esta fase tan avanzada de la confrontación, España vs. Cataluña, los errores penalizan más allá que los aciertos, por decirlo en términos futbolísticos: en tiempo de descuento una pérdida de balón dentro del área es gol seguro. En este último fin de semana ambas partes han metido la pata exhibiendo un error mayúsculo. Mariano Rajoy, en un miting entre los suyos, sacó a relucir su argumento principal: la Ley no le permite negociar nada con Cataluña pero en esta ocasión apostilló que no quiere negociar. Ya no se trata del “no puedo” se trata del “no quiero” por lo que se puede deducir que se utiliza la Ley como un instrumento y cuando es así pueden existir intereses espurios como salvaguardar la posición de la oligarquía que vive de los presupuestos del Estado y de los negocios inconfesables que subyacen en la cofradía del Poder. La contraparte, Mas y los suyos, también acabaron metiendo la pata en un acto solemne y multitudinario que se llevó a cabo en la Generalitat de Catalunya donde 920 alcaldes de Cataluña de un total de 947 (el 97%) le entregaron en mano, uno por uno, el acta de cada consistorio donde consta las mociones de apoyo a la convocatoria del 9-N. En el acto, solemne y lleno de simbolismo, hubo gritos de ¡Independencia, Independencia! Cuando el acto revindica, y las actas también, el “derecho a votar”.

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Ambos son errores pero a mi criterio a ambos les traiciona el subconsciente (admito que soy un ferviente adepto de este tipo de reacciones e igual me paso) a Rajoy, refugiado detrás de sus discursos amparándose en la Constitución ahora que las cosas se ponen feas no puede reprimir que de lo que se trata, y subyace, es que no le da la real gana. No obstante esa negación manifestada no coincide con una actitud enérgica, con una campaña del No, a pie de calle sin los insultos y amenazas remitidos desde Madrid que no sirven de nada e incentivan la fabricación de independentistas. A los reunidos en el solemne acto en la Generalitad también tuvieron problemas con su subconsciente que les delató quedetrás del “derecho a votar” subyacen las ansias de un soberanismo que está a la vuelta de la esquina. ¿Se puede luchar contra esto? Mayoría parlamentaria 107 de los 135 diputados, mayoría demostrada en la calle 1,8 millones personas reivindicando el “derecho a votar” en comparación de los 7.000 mal contados que proponen el No, 920 municipios a favor de un total de 947. Es posible que Rajoy y los partidos que lo alientan consigan que con la fuerza de la Ley se impida la votación prevista para el 9-N ¿Y después? Más Ley, más de lo mismo frente a hechos consumados de la política de Artur Mas.

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Por negar la legitimidad no se resuelve el problema, el Tribunal Constitucional es un instrumento en manos del gobierno de turno, la separación de poderes no existe en este país partidista donde, sin ir más lejos, el referéndum del Estatud catalán fue anulado cuando otros estatutos con el mismo redactado siguen vigentes. Es evidente, existe y se manifiesta una camaradería entre el gobierno y el alto tribunal. Por el compadreo de pertenencia a quien le coloca en lugar de tanto poder de decisión ambos, políticos y jueces, pierden autoridad y de ahí a considerarlos el pito del sereno hay un paso. ¿Haber si lo entiendo? El gobierno pone un recurso sobre una ley refrendada por el Parlamento catalán y la Constitución le acredita (como autoridad superior) que la mera presentación en el Tribunal Constitucional interrumpe, momentáneamente mientras se resuelve, el desarrollo de esta ley. ¿Cómo entonces el gobierno jura y requetejura que la ley es anticonstitucional si el Tribunal no se ha pronunciado? Así es como funciona la Ley en este país entre “el no quiero” y “lo digo yo” que viene acompañado de un coro de voces que repiten como loritos cabreados las chorradas de que el problema catalán se resuelve por decreto, mirando hacia otro lado o enviando a la Brigada acorazada Brunete. ¿Podrá el uso de la fuerza frenar el impulso y las ansias de independencia de una buena parte de la población? No hablo de encuestas para no ridiculizar a los gobiernos de turno en la fabricación de independentistas. De una minoría se ha pasado a una cualificada mayoría.

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Rajoy podrá frenar o intimidar al gobierno de la Generalitat, a los funcionarios, a los alcaldes y regidores, e incluso a los diputados del Parlamento pero ¿Podrá frenar a la sociedad civil? Me temo que no. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) es una organización civil que ha movilizado a una buena parte de la población, ahora, como era previsible la interrupción de la campaña institucional, ha puesto en marcha una campaña puerta a puerta que realizan 100.000 voluntarios para convencer a los indecisos. Hasta para la ANC se hace necesidad que el gobierno de Rajoy cambie de rumbo e impulse una campaña del No ya que por este camino, sujeto a la Ley, el día que se vote será demasiado tarde y la votación será a la búlgara. Votar se acabará votando sino es el 9-N será otro día y quien apretará las clavijas y quien obligará a Rajoy a una ruptura negociada será el mercado financiero, hasta ahora tan sólo son editoriales como los de Financial Times, The Guardian y Boomberg los que se anticipan a tener previstos los acontecimientos a través de un acuerdo. De desarrollarse por la vía del desacuerdo la deuda soberana española, por su volumen, será peor que la griega. Los bancos españoles son los que más deuda soberana tienen en sus activos, el negocio de tomar dinero del BCE al 0,25% y colocarlo al Estado español al 4 o 5% era un regalo envenenado. Si a los bancos españoles se les viene a bajo la deuda soberana también se viene abajo la capacidad de pagar, a los bancos franceses y alemanes, la deuda privada sostenida en hipotecas. La monumental hecatombe alguien se la hará pagar a Rajoy. De momento, en las últimas encuestas el PP catalán queda en algo simbólico y el PSC va por el mismo camino.

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¿Qué pasará con las empresas del IBEX-35 que hacen su festín en Cataluña? ¿Qué pasará con CaixaBank? ¿Se trasladará a Madrid dejando el 33% de sus depósitos en Cataluña y sin la posibilidad de estar bajo la cobertura del Banco Central Europeo? ¿Y Banco Sabadell? Lo sencillo que hubiera sido cerrar un acuerdo con un pacto fiscal que se proponía en tiempos de Pascual Maragall pero sus señorías pensaron, equivocadamente, que ya vienen estos catalanes a tocar lo que no suena y todavía 
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no se han enterado de la medicina de ostracismo que le dimos al lendakari Ibarreche para enviarlo con la música a otra parte. Los errores se pagan, ver: El choque de Cataluña vs. España ha llegado al punto sin retorno. … Sigue leyendo → y el cúmulo de errores sigue y sigue. Nada más faltaba que el gobierno de Rajoy se pronunciara por la indemnización multi millonaria de 1.350 millones de euros (con intereses se eleva a casi 3.500 millones de euros) por el fiasco del proyecto Castor situado en las costas de Vinarós (Castellón) justo al límite de Alcanar (Tarragona) para que nada tuviera que ver la Generalitat de Catalunya. El fallido proyecto de utilizar una cavidad vacía, bajo el mar, que en su día contenía petróleo para utilizarla como almacén de gas produjo numerosos terremotos en la zona y varias casas resultaron dañadas. El riesgo de un proyecto fallido va a cargo de los accionistas y para nada sobre los consumidores de gas y también de electricidad ya que las centrales de ciclo combinado también utilizan el gas como combustible. Son estas tomaduras de pelo las que se hacen de difícil entender por los catalanes que prefieren tener barbería propia.

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