Parece que la excusa de combatir el terrorismo se está convirtiendo en el sueño húmedo de cualquier gobernante de un país democrático para que sus ciudadanos acepten sin pestañear una batería de medidas despóticas contra su libertad.
Desde ayer Francia copiando a los EEUU ya tiene su Le Patriot Act, una forma de legalizar un sistema a lo Gran Hermano sin autorizaciones judiciales de por medio. Estas son algunas de las medidas aprobadas ayer:
Los servicios secretos franceses tendrán a partir de ahora amplios poderes para rastrear la Red e interceptar comunicaciones telefónicas y cibernéticas. Y lo harán con autorizaciones del primer ministro, pero sin control judicial.
También permite el uso de sistemas denominados Imsi Catcher, mediante los cuales los espías podrán captar y registrar todos los datos de teléfonos u ordenadores de sospechosos, pero también de toda persona que se encuentre en varios centenares de metros a la redonda. La instalación de balizas de seguimiento en automóviles, la colocación de micrófonos en lugares privados o, en caso de que se considere necesario, la entrada en domicilios, también estará permitida con una autorización administrativa, sin oh sorpresa intervención de los jueces.
Las posibles protestas de ciudadanos que se sientan espiados serán analizadas por esa comisión o por el Consejo de Estado, no por la justicia ordinaria.
Los motivos que la ley contempla para poder realizar estás prácticas es ta amplio que prácticamente cualquier ciudadano podrá ser objeto de espionaje y van desde la prevención del terrorismo, la delincuencia organizada o “la violencia colectiva”, al peligro para “la independencia nacional, la defensa nacional o la integridad del territorio” pasando por la potencial injerencia extranjera “en los intereses económicos, industriales o científicos”.
Queda también prohibido que los residentes en Francia hagan pagos en efectivos superiores a los €1.000. Los visitantes extranjeros sin embargo podrán seguir haciendo pagos en efectivos de hasta €10.000 (la crisis económica en Francia dará más libertad para pagar en metálico a los extranjeros que a los propios residentes).
Además todo residente en Francia deberá ser identificado si convierte en divisas más de €1.000. Cualquier depósito o retirada de efectivo en un banco superior a los €10.000 en un sólo mes deberá ser informada a la agencia anti lavado de dinero francesa, así como toda transferencia al exterior que supere está cifra.
Ahora os dejo algunos datos:
En los últimos 15 años, han sido asesinadas en Francia 24 personas por atentados terroristas islamistas. En el mismo periodo de tiempo, han fallecido en Francia más de65.500 personas en accidentes de coche, eso sin contar los heridos graves. Hasta el día de hoy a nadie se le ha pasado por la cabeza recortar las libertades fundamentales de sus ciudadanos por motivo de los accidentes de coches a pesar de que por esa causa mueren violentamente más de 3.500 franceses al año. Es más nadie se aterroriza cuando va a subirse a un coche, aunque es mucho más probable que muera en un accidente de coche que a manos de un terrorista islámico.
Claro que si los medios de comunicación y las autoridades se pusieran a narran con el mismo dramatismo cada accidente de coche como se hace con cada atentado terrorista seguramente ni saldríamos a la calle.
Uno se pregunta para que es necesario cometer un “Liberticidio” para proteger supuestamente a los ciudadanos contra ataques terroristas si por ejemplo uno de los responsables de ataque al Charlie Hedbo, Chérif Kouachi, era un yihadista bien conocido por los servicios antiterroristas franceses, que incluso fue condenado una primera vez en 2008 por haber participado en una red de captación y envío de combatientes a Irak.
Si hay un problema en la seguridad no parece que sea por falta de información sino más bien por falta de rigor de las autoridades en el control de personas que son claramente una amenaza y que incluso han sido ya condenadas por la justicia por actividades yihadistas. Seguramente el atentado al Charlie Hedbo se habría podido evitar sólo con un poco más de diligencia de los servicios antiterroristas franceses, sin necesidad de aprobar leyes que dan libertad a los gobiernos para poder coartar libertades y espiar a ciudadanos rompiendo con todas las garantías y seguridad jurídica que se supone otorga un país considerado democrático a sus ciudadanos.
Los derechos y libertades cuestan siglos ganarlos o recuperarlos, sólo hace falta ver lo rápido que se sienten tentados los gobiernos en poderlos abolir de forma express. Por algo será.
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