A los 70 años de edad, y después de más de 15 años como presidente del BBVA, Francisco González optaba por realizar esta semana el cambio organizativo más drástico que se recuerda en mucho tiempo en el mundo de la banca. La excusa, impulsar la transformación digital del banco y para ello ha decidido que de los ejecutivos con más experiencia en el banco él y sólo él es el único digno de pilotar a los 70 años una transformación digna de Steve Jobs.
El resultado inmediato es visible. Francisco González ha logrado quedarse absolutamente sólo con el poder del BBVA y el consejo de administración del banco ha agachado la cabeza y se lo ha permitido. Basta con sólo ver el nuevo organigrama y compararlo con el anterior.
El lunes por la tarde, una tarde que será recordada como la de los cuchillos largos en el BBVA, Francisco González, despedía a Ángel Cano como CEO del BBVA y a la mayoría de ejecutivos que formaban parte del Consejo de dirección. Entre ellos a Deschamps, Moliner, Monell y Apoita, todos ellos hombres con años de experiencia en el sector bancario. Cualquier posible candidato que por experiencia, valía y conocimiento del sector podía ser un candidato a substituir a Francisco González dentro del banco fue despedido en la tarde del lunes.
El nuevo organigrama trae muchas sorpresas: La primer, un hecho inaudito en las grandes empresas de hoy. Francisco González, a los 70 años de edad, pasa a ser no sólo presidente sino CEO del banco. Que los puestos de presidente y de CEO lo ocupen dos personas diferentes, es el A,B,C de cualquier código de buen gobierno.
Cómo número dos, González nombra a Carlos Torres. Un “recién” llegado al banco, sin hasta hoy con experiencia en la gestión directa de una cuenta de resultados. Tendrán que pasar al menos 4 o 5 años hasta que Carlos Torres pueda ser contemplado como un candidato a substituir a González.
Puestos a cargarse se ha cargado la figura del comité de dirección del banco. Queda él solo.
Cerca de González en el organigrama, y dependiendo de Carlos Torres queda un elenco de recién llegados al banco con menos de un año de antigüedad la mayoría de ellos y que pasan a dirigir nuevas áreas con nombres tan exóticos como Talent & Culture, Customer Solutions o Marketing & Digital Sales.
Los directores de país, los que realmente hacen que el BBVA gane pasta quedan hundidos cuál dinosaurios en el organigrama, dependiendo ahora todos de Vicente Rodero. Ya nadie que esté cerca del presidente lo puede substituir. Si en los próximos 5 años el consejo de administración decide buscar un recambio para González deberá hacerlo fuera del banco, dentro ya no quedan candidatos. A los miembros supuestamente independientes del Consejo del Banco, González se la ha metido doblada.
La transformación digital del BBVA
Francisco González lleva 10 años con lo de la transformación digital del BBVA como piedra angular de su estrategia. Una estrategia que está siendo realmente cara, en los últimos cuatro años lleva desembolsados €3.600 millones pero que ha la hora de la verdad no está dando mucho frutos o al menos aún lo tienen muy lejos de el objetivo que repite constantemente de convertir al BBVA en el mejor banco universal de la era digital. Sin tanta fanfarria ni fuegos de artificio el Banco Santander tiene más tasa de clientes digitales que el BBVA y la Caixa mejores soluciones tecnológicas y más coherentes que el BBVA y sin oficinas ni paseos por Silicon Valley.
Pensar que una entidad de 100.000 empleados, terriblemente regulada, y que necesita de los back ends, procesos y controles que necesita un banco se pueda convertir en una compañía con la agilidad que tienen los Stripe, Dwollas, Transferwise, Prosper o Coinbasede turno es simplemente no tocar con los pies en el suelo. Jamás lo podrás hacer. Primero porque no tienes la cultura, que es algo que se lleva en el ADN, segundo porque jamás atraerás el tipo de talento que necesitas, tercero porque la regulación a la que está sometido tu negocio te lo impide y cuarto porque el grueso de tus clientes a día de hoy, no son ni quieren ser digitales.
No queda muy claro que es en lo que quiere González transformar al BBVA. Si lo que quiere es preparar el negocio para competir con los Stripe, Dwollas, Transferwise, Prosper oCoinbase, tendría que asumir que no podrá.
La única forma de poderlo hacer es crear un proyecto paralelo al del BBVA, un proyecto fuera del banco, un proyecto que empezara de cero, con una cultura nueva, y que no fuera propiamente banco sino que fuera incorporando con agilidad los nuevos servicios distributivos que van apareciendo bajo un mismo paraguas. El problema de esta opción es que en el caso de que no funcione, su fracaso será muy visible.
Hace pocos días Ana Patricia Botín tenía claro que el objetivo estratégico del Santander era volver a centrarse en dar un buen servicio al cliente. Goirigolzarri, que ahora dirige Bankia tras ser jubilado anticipadamente por González del BBVA, esta incluso estudiando abrir las oficinas por las tardes para adaptarse así a los horarios que necesitan los clientes del banco.
Francisco González sigue empeñado en su transformación digital. De momento la cortina de humo le ha servido para cortar en una tarde la cabeza a todo aquel que internamente le pueda hacer sombra. Quizás tras 10 años repitiendo lo del mantra de la transformación digital del Banco y de no obtener resultados palpables mejores que los de la competencia, alguien se debería empezar a preguntar si es él, a los 70 años y con su pensión de €80 millones guardada ya fuera del BBVA, la persona idónea para pilotar esta transformación.
fuente: http://www.gurusblog.com/
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Nota Personal: Es sorprendente como estos dirigentes de Bancos se pagan y se dan el vuelto, financiando "democracias" y gobiernos de índole más oscura para luego ellos ser dictadores. Es de hacer notar la hipocresía.
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