A veces, la vida nos permite conocer a ciertas personas, personas que nunca olvidaremos pues han dejado una huella indeleble en nuestro corazón. Estas personas, aunque intentemos borrarlas de nuestras memoria, por alguna u otra causa las seguimos recordando. Seguimos pensando, seguimos queriendo saber que fue de sus vidas, si están bien, si están mal, si son felices, y en algunos casos si no lo son, pues para bien o para mal, depende de la persona y su corazón.
A aquellas personas, su luz y su sombra que han dejado huella en mi corazón, no importa cuantas vidas pasen, ni cuantas existencias y dimensiones trascienda, siempre estarán en mi y en mis recuerdos, pues es lo único que me puedo llevar de este mundo donde lo demás es imperecedero, pues el oro, el lujo, el poder y cuanta posesión material son nada en el infinito mar del cosmos de la creación. A aquellos amores imposibles que nunca sabrán que los amé o que lo supieron pero no me correspondieron, a aquellas amistades con las que he compartido y compartiré inolvidables momentos, aquellos, con los que una vez compartí y han partido o hemos separado nuestros caminos, incluso a a aquellas personas que me han echo sufrir, se han burlado, y me han humillado dentro de esta ecuación de elección llamada vida, les doy las gracias, puesto que me han dado el regalo mas maravilloso que se le puede dar a un SER: La experiencia... La experiencia de vivir, la experiencia de perdonar y perdonarme, la experiencia de aprender y comprender desde múltiples puntos de vista el gran abanico de emociones, anécdotas y momentos que puedo experimentar desde el comienzo de mi existencia en este mundo hasta el último suspiro de vida que posea este cuerpo que no es mas que polvo de estrellas.
Para vivir, solo hay que luchar por lo que quieres, para vivir hay que amar y sentirse amado, para vivir hay que dejar el miedo y las dudas atrás pues estas solo nos limitan. La vida son recuerdos, recuerdos de lo bueno y lo malo, la vida es comprender e integrar para lograr el equilibrio basado en el amor, aquello que flota entre lo material e inmaterial, entre lo denso y lo ligero y en la dualidad misma de nuestra existencia, pero que es parte de un todo en el quantum de la creación. Aquello que muchos no quieren ver, pues no comprender o no quieren comprender tales verdades pero está ahí, pues el amor como una energía es todo, hasta un concepto, pues el amor es como tomar el aire en un puño: puedes cerrarlo y retener un poco, pero afuera de tu mano existe una incuantificable cantidad lista para que abramos y llene el que has usado.
El amor es adimensional, atemporal, infinito, sin principio ni fin, es todo y es nada, solo un mar de energía que todo lo mueve, que todo lo puede, que todo lo vence, el amor es sabiduría, el amor es asertividad, es seguridad, el amor es lo bueno aunque como contra partida tenemos el miedo, aquello que nos paraliza y limita, que nos da inseguridad, odio y rencor, pero debemos entender y trascender puesto que no podemos comprender las cosas buenas de la vida si no comprendemos las malas. De ahí, agradezco incluso a mis miedos, puesto que al expandir mi conciencia me hacen mas fuerte, y me permiten experimentar la dualidad que se convertirá en recuerdos.
Brindo por el amor que pudo ser y nunca fue, por el trabajo que pudo ser y tampoco fue, por el camino que no tome, pues se que si por algo no fue es por que así debió ser.
Agradezco por los recuerdos, y aunque me queje, bendiga, maldiga y diga lo que diga, le agradezco al Creador por ser un soplo, un álito de conciencia al que se le a permitido manifestar el libre albedrío.
Gracias por la vida, aunque todo se pudiera ir al peor de los escenarios y Gracias, por las experiencias que me han dejado las personas que nunca olvidaré, espero que a los que amé y aprecié los pueda volver a ver en el mar del infinito y a los que me odiaron, los perdono y espero que si nos encontramos sea en mejores circunstancias si así toca.
Siempre, serán parte de mis recuerdos.
Eleyzam
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