Las informaciones dirigidas, los globos de ensayo o como popularmente son conocidos por la mayoría de los venezolanos: rumores, son algo muy normal en esta etapa tan difícil que vive el país desde hace más de 18 años y que se ha caracterizado por la crispación permanente de la opinión pública.
En ese sentido, estos días navideños han estado marcados por una enorme cantidad de rumores que presagian cualquier cantidad de eventos catastróficos para el país en el plano político y económico.
¿De dónde salen tantos rumores?
¿Por qué un sector importante de la población se siente en la necesidad de esparcir esos rumores?
¿A quién o a quiénes les conviene que la población se entretenga con todos esos rumores?
En Área Privada de Verdades y Rumores tratamos de desenmascarar a la guerra de rumores que persigue a los venezolanos en estos días.
Tiempos de redes, tiempos de rumores
Los rumores siempre han existido. Forman parte de la esencia humana y eso fue aprovechado por los creadores de la propaganda en la Alemania nazi. Incluso crearon los 11 principios de la propaganda como guía para la manipulación de la opinión pública.
El problema es que en la actualidad el auge de las redes sociales y de las aplicaciones de mensajería hace mucho menos complicado la dispersión de un rumor. Y se hace mucho más sencillo si la sociedad en la cual se esparce al rumor combina dos rasgos: crispación y una necesidad urgente de cambio.
Si revisamos los 11 principios de la propaganda creados por Joseph Goebbels, podremos encontrar muchas explicaciones lógicas a lo que ha venido ocurriendo en Venezuela.
Revisemos sólo dos:
Principio de renovación: Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
Principio de la verosimilitud: Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
Ahora usted estimado lector de VyR podrá entender mejor las acciones emprendidas desde el Gobierno revolucionario con el fin de sostenerse en el poder. Y una parte importante de su accionar está basado en el rumor que hacen correr a través de las redes sociales y servicios de mensajería.
El rumor en forma de bola
Las bolas con rumores son parte fundamental de la labor de la propaganda oficial. Se trata de crear matrices de opinión sobre determinados asuntos. Se trata de burlar, entretener, preocupar y generar falsas percepciones y hasta preocupaciones sobre supuestos hechos que están por ocurrir.
Las bolas se construyen a través de cuentas falsas de redes sociales que supuestamente “revelan” secretos del régimen, largos mensajes llamados “cadenas” que se lanzan a través de WhatsApp y otras aplicaciones y últimamente han proliferado las notas de voz.
Por eso usted de pronto ve un mensaje en las redes que habla de la frágil salud presidencial, lee una cadena sobre alzamientos en la Fuerza Armada e incluso escucha notas de voz en las cuales, por ejemplo, un supuesto vocero disidente alerta sobre algo que escuchó en el “Yerald” en Miami sobre los planes para un autogolpe.
La mayor parte de esas bolas nacen de laboratorios de información y contrainformación que posee en el Gobierno. Se han usado para diversos objetivos. Han sido fundamentales para construir la “bóveda del miedo”. Y en otras oportunidades para desacreditar a la MUD y causar una fractura emocional del ciudadano con la coalición opositora.
El ciudadano como víctima
Ninguna de esas estrategias de confusión que se expresan a través de rumores bolas, obtendría resultados positivos para sus creadores y ejecutores si no existiera una sociedad con unas características especiales para favorecer tales acciones de distracción.
¿Cuáles son esas características?
Una sociedad crispada por las tensiones políticas.
Una sociedad agobiada por los problemas que han acabado con su calidad de vida.
Una sociedad que ante tantos problemas está urgida por un cambio.
Una sociedad que sufre por el bloqueo informativo de los medios tradicionales y busca mecanismos alternos para enterarse de lo que ocurre.
Una sociedad que le otorga un enorme valor a la información producto del mismo conflicto político.
Una sociedad que ante el control de la información por parte del Gobierno, estima que debe alimentar cualquier mecanismo alternativo para que la gente sepa la verdad.
Por eso cuando usted repostea un mensaje de redes sociales. Cuando ustedes reenvían a sus contactos una cadena o una nota de voz, usted está cayendo en la trampa de quienes desean que los rumores o boas cumplan su objetivo en la opinión pública.
Los objetivos
Ahora bien ante todo lo explicado, usted se preguntará ¿de qué sirve todo eso?
Sirve para entretener al ciudadano con teorías de conspiración.
Sirve para que el público tenga miedo sobre supuestos hechos violentos.
Sirve para que un sector de la sociedad sienta miedos de presuntos planes de golpe y autogolpe.
Sirve para crear “falsos positivos” que destruyen la credibilidad y la confianza en personas y organizaciones.
Sirve para distraer a los ciudadanos de los verdaderos problemas que los afectan.
Y fundamentalmente sirve para complejizar a la opinión pública y reafirmar las posiciones de poder de quienes lanzan los rumores.
Por eso amigo lector, tenga cuidado con lo que hace con los mensajes que revisa en las redes sociales y los que llegan a sus teléfonos, porque podría sin querer estar siendo parte de quienes trabajan para engañar a los venezolanos.
Darwin Chávez|@VerdadesRumores
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