Mostrando entradas con la etiqueta Socialismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Socialismo. Mostrar todas las entradas

lunes, 8 de mayo de 2017

Lucia, la hija de Jorge Rodriguez, la pasa súper bien!



No importa de donde sean, todos los políticos actuales son hipócritas, pero en especial los de izquierda. 

Lo apreciamos con PODEMOS e izquierda unida en españa, lo podemos ver con los partidos de izquierda latinoamericanos que son unos meros populistas, y claro... lo podemos ver en la tierra de la revolución chavizta, donde los pobres pasan hambre... mientras los hijos e hijas de la patria bonita disfrutan los lujos en paradisíacas playas... 

Mamá yo quiero ser socialista!!!

PD: voten por mi ;-)


La Hora de Abelardo Izaguirre Seg 1 Lunes 8 Mayo


martes, 25 de abril de 2017

Venezuela: otra víctima del Socialismo | Javier Milei






Resulta sorprendente que aún haya personas que se asombren por el desastre económico y social por el cual atraviesa Venezuela fruto de la instauración del Socialismo.

¿Acaso no es suficiente haber comparado el desempeño de las dos Alemanias, Corea del Sur y del Norte, Puerto Rico y Cuba, Austria y Hungría o Hong Kong y China? ¿No es suficiente motivo para desterrar dicha idea que los países más libres más que duplican la tasa de crecimiento, son nueve veces más ricos, el decil más bajo de la distribución gana once veces más, hay casi veinte veces menos de pobres y la expectativa de vida supera en quince años a la de los países más reprimidos? ¿No es suficiente que su implementación haya costado más de 100 millones de vidas humanas?

Esto es, el Socialismo, independientemente de las personas y donde se lo haya instalado ha sido un fracaso en lo económico, en lo social y en lo cultural. Es más, los admirados países nórdicos en los finales de los 80 quebraron y para resurgir en los 90 debieron aplicar reformas pro-mercado que hoy los pone a la vanguardia de la libertad económica.

Desde una perspectiva liberal, definimos el socialismo como aquel sistema de agresión institucional al libre ejercicio de la función empresarial. Por agresión o coacción hemos de entender toda violencia física o amenaza de este tipo que se inicia y ejerce sobre el actor por otro ser humano o grupo de seres humanos. Bajo esta coacción, la persona, que de otra forma habría ejercido libremente su función empresarial, para evitar daños mayores, se ve forzada a adecuar sus acciones a los fines de aquellos que lo coaccionan. De este modo, podemos considerar esta agresión, como la acción antihumana por excelencia.

Por otra parte, la función empresarial consiste en la capacidad típicamente humana para darse cuenta de cuáles son las oportunidades de ganancia que existen al emprender una determinada acción de mercado (que puede ser de índole comercial o no). Así, todo acto empresarial crea, genera y transmite nueva información de naturaleza tácita, dispersa, práctica y subjetiva, y hace que aquellos actores implicados tiendan a ajustar o disciplinar su actuar en función de las necesidades y circunstancias que favorezcan tanto a él mismo como a su prójimo, creando a su vez espontánea e inconscientemente nueva información. A su vez, frente a la existencia de desequilibrios, ello impulsará un proceso de ajuste que permita alcanzar el máximo bienestar dados los recursos existentes.

Bajo este marco analítico, la imposibilidad de éxito del Socialismo recae en dos tipos de argumentos. Por un lado están las de índole estáticas, donde, no sólo se trata de que el volumen agregado de información práctica sentida y manejada de forma dispersa por todos los seres humanos a nivel individual sea de tal magnitud que no quepa concebir su consciente adquisición por parte del órgano director, sino que, por sobre todo, dicho volumen se encuentra disperso en la mente de todos los hombres en forma de conocimiento tácito, el cual, al no ser articulable, no puede ser expresado de manera formal ni explícitamente transmitido a ningún órgano director.

Por otra parte, en cuanto a los argumentos dinámicos, conforme transcurre el tiempo, aquellos que ejercen la función empresarial en interacción con sus congéneres, van constantemente dándose cuenta de nuevas oportunidades de ganancia que tratan de aprovechar. Como consecuencia, la información que tiene cada uno de ellos va modificándose constantemente. Así, resulta por demás evidente que será imposible que el órgano director se haga con la información necesaria para coordinar mediante mandatos la sociedad, ya que la misma va continuamente modificándose y generándose conforme se ejerce en el tiempo la función empresarial. Por lo tanto, es imposible transmitir al órgano director una información (imprescindible para coordinar la sociedad en cada momento) que aún no ha sido creada, y que además jamás se generará si tal proceso se ve institucionalmente coaccionado.

De este modo, cuando la coacción se ejerce de modo continuado y efectivo, imposibilitará la libre persecución de fines individuales, por lo que éstos no actuarán como incentivo y no podrá descubrirse o generarse empresarialmente la información necesaria para coordinar la sociedad. Así, el órgano director se encuentra ante un dilema, ya que necesita la información que va generando el proceso social pero que de ningún modo conseguirá. Si interviene el proceso destruye la capacidad creadora de información, y si no lo interviene, tampoco obtiene información alguna.

Por lo tanto, podemos concluir que, desde la óptica del proceso social, el socialismo es un error intelectual (en el cual un conjunto de individuos que se consideran iluminados quieren imponer sus ideas al resto de la sociedad), pues no es posible concebir que el órgano director encargado de intervenir mediante mandatos coactivos pueda hacerse con la información necesaria para coordinar a toda la sociedad, por lo cual, el Socialismo siempre deriva en una catástrofe económica. A su vez, frente al fracaso, el órgano director suele redoblar las acciones represivas, lo que a la postre siempre termina en un desastre social.

miércoles, 15 de febrero de 2017

VENEZUELA|Comer alimentos descompuestos generará enfermedades y epidemias


Convertir a 8 de cada 100 venezolanos en indigentes es el mayor desastre estadístico registrado entre los records negativos del actual gobierno.
La gente ya no busca alimentos en Mercal sino en la basura. 2,5 millones de venezolanos no tienen otra opción que comer alimentos desechados.
Todos los días a partir de las 5 de la mañana comienzan a hacerse largas colas de familias enteras frente a los 2 “conteiner” grandes de basura de color verde que bordean la circunvalación 2 en el sector Zapara 1 al norte de Maracaibo.
La razón es que a esa hora comienzan a descargar bolsas de desechos los camiones de los restaurantes aledaños de comida rápida, la zona gourmet, las cadenas de supermercados y los mercales de los barrios cercanos.
Al principio todo es ansiedad y los gritos se hacen evidentes desde muy temprano entre los edificios, pero poco después comienzan a organizarse, buscan la manera de que alcance para todos y hasta de guardar para más tarde. Hay que pasar mucha hambre para entenderlo.
La gente que transita desde sus vehículos se quejan porque las bolsas que quedan desparramadas van ganando espacio a las aceras, calles y avenidas convirtiendo la ciudad en un relleno sanitario enorme con zamuros sobrevolándola antes de las 8 de la mañana. Es un retrato de hambre y miseria que se repite de cuadra en cuadra hasta alcanzar todo el país con una normalidad espantosa.
Según el último estudio realizado por la Universidad Católica Andrés Bello, 2,5 millones de venezolanos, un 8% de la población, no tienen otra opción que comer alimentos desechados ante la escasez de alimentos, la pobreza aguda y la grave crisis hiperinflacionaria que carcome la economía del país, convirtiendo a buena parte de los ciudadanos en indigentes.
El record Maduro: pobreza extrema en 35% y dale
El sociólogo y director del centro de estudios económicos y sociales de la UCAB, Luis Pedro España, califica como escandaloso que 8 de cada 100 venezolanos comiencen el día con una batalla por la basura. Señala que la pobreza extrema en el país está en el orden del 35% pero va en aumento.
Considera que la falta de comida, la escasez de medicinas y la debilidad física de los niños y adolescentes, sean las principales causas de ausentismo escolar en un país que aún nos negamos a ver.
La sociólogo y profesora de LUZ, Natalia Sánchez, revela que bajo ningún concepto de normalidad puede considerarse justificable el hecho de que cada vez haya más población alimentándose de la basura, una situación que se repite diariamente en uno de los países petroleros con mayores oportunidades de crecimiento y progreso hasta hace unos años.
“Ningún venezolano consideraría justificable este acto, al contrario lo reconoce como una disfunción de la forma como se viene administrando o conduciendo el país. Creo que todos tenemos una historia de hambre cercana y cada vez que vemos a alguien desconocido hurgando la basura esa historia se activa, la recordamos, nos vemos como nunca antes reflejados en una tragedia que es común, nos incluimos en un colectivo que es víctima. Un 8% de la población revisa la basura a diario para comer, pero cerca del 90 % sufrimos ese acto porque nos hemos empobrecido también”.
Sánchez señala que las universidades están midiendo y estudiando el fenómeno pero el gobierno no, porque prefiere esconderlo o ignorarlo.
En las últimas intervenciones sobre el tema social, a propósito del hambre, el presidente Maduro insiste en que la pobreza ha disminuido en 4,7% en cumplimiento con el mandato de Chávez de erradicarla gracias al plan del socialismo del siglo XXI. Dice que lo está logrando basándose en un sistema de racionamiento denominado bolsas Clap y en la política de apartheid que desarrolla a partir del carnet de la patria. Por el contrario importantes firmas como el FMI, el Banco Mundial, Bank of América, estiman una caída de la economía entre 6 y 8% y una inflación de 2.000% para el 2017, inédito en la historia mundial.
La indigencia infantil de la patria
El sector más golpeado por la miseria son los niños. En cualquier parte del mundo son el futuro, pero en Venezuela el futuro se desmaya en clases porque no tiene que comer.
Los niños venezolanos no van a clases porque se quedan pidiendo a las puertas de las panaderías, los supermercados o semáforos sin ningún tipo de vergüenza ni pudor. Ya no piden limosnas, sino comida. Algunos son sostenes de sus propios hermanos menores. Ingresan a los restaurantes y piden un pan, un tequeño o lo que puedan llevarse rápido a la boca. Es la indigencia infantil de la patria que sustituyó al niño de la calle, por los que Chávez apostó cambiarse el nombre si no erradicaba el problema.
En Venezuela los datos de indigencia tienen casi 4 años que no se actualizan, sin embargo se prevé que la situación se ha acentuado desde mediados del 2016.
La pobreza por ingresos subió a 76 % según última encuesta de condiciones de vida (Encovi),  mientras la canasta básica aumentó a 433,9%, sufriendo más de 153 aumentos en los últimos 5 años. Ningún ingreso por salario es capaz de adquirir la canasta básica alimentaria.
En 3 meses se perdieron 700 mil empleos. Entre quienes conservan el trabajo aumenta el número de personas que solo pueden comer ó pagar un techo para dormir y protegerse en uno de los países más peligrosos del mundo.
A pesar de las denuncias que califican la crítica situación como la mecha para una explosión social anunciada, el gobierno hace caso omiso a los indicativos reales sobre miseria, hambre y abandono, e insisten con cumplir los envíos de petróleo a Cuba, unos 100 mil barriles diarios, a una isla que no consume ni la cuarta parte de esta entrega que desangra el país y que convierte a la dictadura castrista en poderoso exportador de petróleo.
El presidente de la Fundación Arturo Úslar Pietri, Antonio Ecarri, alertó que el 95 % de los venezolanos sufre un estado de malnutrición, lo que significa que el país se enfrenta a un cáncer que crece de forma acelerada, incluyendo sectores de la clase media profesional que ya fueron alcanzados por esta tragedia.
“Comer de la basura no es ninguna excentricidad, comer de la basura es comer comida descompuesta, en mal estado. Es comida que va a generar muchas enfermedades y epidemias”.
Ecarri considera que las consecuencias sanitarias de la era chavista liderada por Maduro van a generar graves consecuencias a la población en materia sanitaria.
Lo lamentable es que ya la gente no busca alimentos en Mercal ni en Pdval sino en la basura, mientras los empresarios del gobierno continúan recibiendo un dólar a 10 bolívares para importar productos que venden en bolsas Clap a precio de dólar negro, entre 10 y 12 mil bolívares, para la militancia revolucionaria.

Dámaso Jiménez|@DamasoJimenez
Fotos: @fotografobauer

martes, 5 de julio de 2016

Germán Carrera Damas: “El control militar ha fracasado rotundamente”; por Hugo Prieto



Germán Carrera Damas fotografiado por Roberto Mata
Necesariamente, Germán Carrera Damas hace una afirmación. “Yo soy historiador de oficio, no de afición ni de tiempos libres. Es mi vida”. El aviso viene a cuento porque si bien los acontecimientos que se van a tratar en la entrevista son muy actuales, “sólo son comprensibles si se les sitúa en lo que se denomina el tiempo histórico”. No hay ni modo verbal ni conjugación de tiempo, sino “un continuo; el tiempo histórico sólo revela su sentido, por supuesto, en el largo período”.
Bajo esta premisa Prodavinci le ha planteado al historiador Germán Carrera que aborde el tema militar y la encrucijada entre transacción o transición, sin olvidar el telón de fondo marcado por la crisis social, política y económica, que tiene en vilo a la sociedad venezolana. Sobre el papel parece una tarea sencilla. Sin embargo, Carrera Damas, un sibarita de larga trayectoria, apela a un símil. “Un banquete que además incluye el postre”.
A los 86 años, Carrera Damas mantiene una vitalidad sorprendente y un dominio de su intelecto a toda prueba. “No hay goteras en la azotea”, dice. Mientras la serenidad de sus gestos, de sus palabras, aquieta la incertidumbre.
En junio de 2013, usted dijo que el conflicto entre civiles y militares, que en Venezuela tiene antecedentes históricos y una simbología secular, podría tener su último episodio en la actual coyuntura que vive el país. ¿Ha cambiado su forma de ver las cosas o sigue pensando de ese modo?

A comienzos de 2000 tuve la oportunidad de dictar un seminario de postgrado en la Universidad de Florida. Redacté un texto que sirvió de guía cuyo título es “El Bolivarianismo, militarismo, una ideología de reemplazo”. Ese texto se publicó y luego se hicieron dos ediciones. No he cambiado una sola letra. Hubo extrañeza en la propia universidad (en el Instituto de Estudios Latinoamericanos) ante esa propuesta, porque en ese momento se iniciaba un régimen que despertó cierta benevolencia entre algunos intelectuales e historiadores. Pero cuando yo estudié desde sus inicios aquel asunto, lo que me surgió —y esto se activó más con la crisis del socialismo—, es que en realidad estaba surgiendo en Venezuela una ideología de reemplazo, para ocupar el lugar de la crisis integral del socialismo —no sólo autocrático, sino del teórico y la debacle económica—, eso los había dejado sin licencia y por tanto se podía articular un vínculo, que hasta entonces había estado en dificultad, entre el militarismo, digamos entendido como una corriente tradicional, y el neo militarismo, representado por la insurgencia armada de sectores comunistas o socialistas.

¿Usted se está refiriendo a la izquierda armada de los años 60?

Al derrotado, pero que no había sido desarmado, en el sentido de que toda la pacificación que hábilmente llevó adelante el ex presidente Caldera significó una solución diría yo convencional más que real, porque los derrotados no reflexionaron, no llegaron a la conclusión que les permitiera ver la vanidad de su intento, sino que quedaron muy resentidos. Recuerde que ellos fueron derrotados por las Fuerzas Armadas. No fueron batallones de obreros ni de campesinos los que lucharon contra las guerrillas en el interior del país, sino las Fuerzas Armadas, que tuvieron al frente un liderazgo civil capaz de asumir aquella situación y sobre todo inspirar a los militares sentido de obediencia y de dedicación.

¿A qué refiere el concepto de ideología del reemplazo?

Era para reemplazar lo que no se había podido articular en aquella lucha. Recuerde que no hubo lo que podría llamarse un programa alternativo respecto de la democracia liberal moderna que se estaba estableciendo. Muy por el contrario, bajo el influjo del fidelismo, bajo el atavismo de un marxismo de manual, se había creado una especie de amalgama, de posiciones, que consistía más bien en la negación de lo que se estaba haciendo, que en la propuesta era una línea diferente. Pero el gran obstáculo es que allí existía una brecha entre las Fuerzas Armadas y estos movimientos, que surgían, aunque parezca esto un poco extravagante, de una diferenciación histórica. En el fondo estaba aquel juicio de Carlos Marx publicado en la Enciclopedia Americana, donde Marx, influido por los legionarios británicos, entre ellos el general Miller, muy defraudado de aquel esfuerzo, hace un juicio tremendo sobre Bolívar. Marx no tuvo más fuentes de información y se ve que escribió ese artículo para ganarse unos dólares.

Visto lo que opinan otros historiadores, ese artículo tuvo un impacto más revelador que impactante.

Aquello ofendió mucho a los militares venezolanos, pero no crea que por preocupación historiográfica, sino porque su pretensión de ejercer derecho de tutela —y más que de tutela de guarda de la sociedad venezolana— nacía de una ficción, de una gran mentira histórica, conclusión que puedo resumir de esta manera: El 24 de junio de 1821, en la batalla de Carabobo, el Ejército de la República de Colombia (fundada en Angostura, el 17 de diciembre de 1819), comandado por el general colombiano, nacido en la Capitanía General de Venezuela, Simón Bolívar, consolidó la Independencia de la República de Colombia y por lo mismo de uno de sus departamentos, que era el de Venezuela. Eso fue lo que sucedió en Carabobo. Allí, por supuesto, se distinguieron venezolanos notables. Pero no los que se habían quedado en Venezuela, mientras aquellos fueron a fundar Colombia en la Nueva Granada. Recuerde que la ley fundamental de Colombia, aprobada por el Congreso reunido en Angostura, tiene en su artículo primero esta expresión: Desde el día de hoy las repúblicas de Venezuela y de la Nueva Granada quedan reunidas en una sola que llevará el glorioso nombre de Colombia. Es decir, Colombia se fundó en Angostura por empeño de un señor llamado Simón Bolívar. Esa ley entró en vigencia justamente cuando Bolívar la firmó y en ese momento. Desde aquel día, Simón Bolívar se convirtió en el primer colombiano de la historia. No había colombianos antes. Había neogranadinos…

… y venezolanos.

El primer colombiano de la historia fue este señor, Bolívar, cuando terminó de firmar esa ley. Me cuesta pensar en una obra que reúna más determinación, lucidez y gloria, que haber sido capaces de reunir pueblos en una misma aspiración de independencia, de libertad, etc, sin que hubiese sometimiento de carácter violento, militar, o lo que fuere. Por eso la ley que posteriormente se aprobó en Colombia se llama la Ley Fundamental de la Unión de los Pueblos de Colombia y va dirigida al Congreso no ya a los estados o los pueblos, porque se quería fundar no un nuevo estado, sino una nación. Hay una diferencia muy grande entre un Estado y una Nación. Eso es obra de venezolanos. Yo me siento extraordinariamente orgulloso de que nosotros, digo nosotros por correspondencia histórica, hayamos dado una demostración de esa capacidad. ¿Quiénes tenían ese derecho sobre Venezuela? Se planteaba una situación bien curiosa. Los que se quedaron en Venezuela reaccionaron contra aquello, afirmando ¿Qué? Que a ellos se les debía la Independencia, la Libertad y la Patria. Y por eso el 24 de junio es declarado día del Ejército Ve-ne-zo-la-no. Obviamente declararlo <día del Ejército colombiano> sería un poco… difícil.

Más bien extravagante.

Pero de ahí han sacado, los militaristas y su gente, la base para afirmar sus derechos para decidir sobre los destinos de la nación venezolana, determinando cuáles eran las buenas ideas, cuáles eran las malas, determinando quiénes gobernaban y quién se sometía, determinando quién podía ejercer el autoritarismo y el despotismo y quién debía padecerlo y en silencio. Es decir, que el militarismo nace en Venezuela sobre una base históricamente errónea, tergiversada, con todo el propósito de justificar la ausencia de quienes se quedaron en Venezuela cuando los otros venezolanos se fueron con Bolívar y Sucre a consolidar la creación de la República de Colombia. Pero si uno mira la historia de esa manera, como he llegado yo a verla, no puede menos que sentir admiración y respeto por aquellos hombres que eran capaces de defender una misión que era tan creadora, tan amplia, en contra de quienes no llegaban a entender esa misión. En todo caso, reafirmando la obra magna frente a la obra chiquita. ¿Por qué el 24 de junio es el día del Ejército de Venezuela? Debería ser el día de la fundación de la República de Colombia. Obra de venezolanos, en su mayoría civiles, reunidos en el Congreso de Angostura. Ahí está el punto central. Desaparece ese obstáculo y toma cuerpo una disputa que venía planteada desde 1945.

¿Cuál sería el trasfondo del 18 de octubre de 1945? Sin duda una fecha decisiva y dilemática en la historia de Venezuela.

Ese día tiene lugar un muy curioso acontecimiento. Hay una labor ideológica de preparación que lleva a una confluencia con movimientos de descontentos en el seno de las Fuerzas Armadas y se produce la revolución de Octubre. La gente olvida que desde el año 39 ó 40 se venía trabajando en esa especie de concientización alrededor de la necesidad de establecer un gobierno civil, que se necesitaba un gobierno civil, que debía establecerse la República, que había que acabar con el despotismo… Bueno, por ahí hay una cancioncita que dice si el despotismo levanta la voz, pero lo cambiaron por el egoísmo. Y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio.

Permítame una digresión. ¿Cómo tenemos un himno que cita el egoísmo? ¿Qué podemos construir a partir del egoísmo?

No tiene sentido. El problema era el despotismo, precisamente porque la reacción había sido contra el despotismo: la monarquía absoluta, etc, etc. ¿Qué sucede? Se plantea esta situación: Aquellos hombres que no participaron en la parte más compleja, difícil, creativa, no digo heroica, porque toda fue heroica (de la gesta independentista), hablan de la campaña del sur como si fuera el capricho de un loquito llamado Simón Bolívar que decidió meterse en un lugar adonde no tenía que ir, el rencor fue tal que cuando el mariscal de Ayacucho intenta en 1830 impedir que Venezuela rompiera la república de Colombia, un general (Santiago Mariño) que nunca libró una batalla significativa, aunque tenga razones para ser considerado como un elemento glorioso, le niega la entrada a Venezuela por órdenes de Páez. Cada vez que pienso en ese hecho me pregunto: ¿Hasta dónde podía llegar la audacia de lo que yo llamaría la mediocridad frente a la gloria? Pero eso cambia, ahora cambia, ¿En qué sentido? Ya no hay, de ninguna manera un obstáculo, para que los sobrevivientes del fidelismo se sumaran a las Fuerzas Armadas o se subieran al vagón de cola del fidelismo. Recuerde que al mismo tiempo Fidel Castro había abandonado el culto a Martí y se había vuelto bolivariano. En el nombre de Bolívar se creó una ideología de reemplazo, que era Marx, Lenin y Bolívar, no se atrevieron a poner a Stalin de por medio. Es la ideología que se trata de establecer aquí en Venezuela.
La emergencia de una disputa no necesariamente implica una superación del problema. Y más si las motivaciones tienen esa entidad histórica y política.

¿Qué pasó en la década del 40? Los militares, hablo de Pérez Jiménez, su hermano y un grupito más, se dieron cuenta de que ellos, que habían puesto la fuerza para el movimiento, habían terminado cerrándose el camino del poder y abriéndoselo a los civiles, porque ellos no tenían una figura que pudiese representar el poder militar. En cambio, qué hace Betancourt, todo el mundo pensaba que él iba a ser el candidato, no, sugiere a (Rómulo) Gallegos, que era una figura nacional, que no había quien compitiera con ella. Entonces, se establece el poder civil e inmediatamente comienza la conspiración de los militares. El resultado fue el 24 de noviembre de 1948 cuando se pensaba que las cosas volvían a la normalidad. El manifiesto de los golpistas es clarísimo… nosotros cansados de esta situación, confiamos en un partido político que ha traicionado… reasumimos la guarda de la República. La República era de ellos. Se la habían apropiado. De ahí nace el militarismo que corre a lo largo de todo el siglo XX. Ahora, con un viso de <modernidad>, el socialismo por un lado, el fidelismo por el otro, pero en esencia es lo mismo, hasta llegar a este punto. Actualmente, el militarismo controla el Estado —hasta el 6 de diciembre—, por eso hay cierto disgusto, ¿no?, el gobierno, la administración pública, la economía, pretende manejar la opinión pública y ya no les queda nada que controlar, pero eso es una demostración de fuerza. Yo recuerdo que los gobiernos militares anteriores gobernaban con civiles y mantenían ciertos visos de civilidad. A Gómez, por ejemplo, le interesaba más el poder que el gobierno.

Eso también está presente en la historia de Cuba. Oswaldo Dorticós, quien era presidente nominal, tenía como ventrílocuo a Fidel Castro.

Yo estuve en Cuba en 1950. Había allí la aspiración de una república liberal y democrática. (Eduardo) Chibás y otros. Pero como dicen los franceses, la mataron en el huevo, para abrirle el camino a lo otro (el castrismo) y la desprestigiaron con aquella expresión terrible: La republiqueta. ¿Aquí que hicieron? Allá la republiqueta y aquí el puntofijismo. Es que ni siquiera son creativos.

¿Usted cree que la sociedad venezolana está consciente de estos hechos?

No, no está consciente. ¿Por qué cree que lo digo y lo repito?, entre otras cosas porque a mí me tomó tiempo como historiador llegar a  lo que llamaríamos la verdad comprobable. Es decir, según las fuentes, según las situaciones. ¿Qué hace un historiador cuando tropieza con algo que parece verdad? Puede dejarlo de lado, porque no le conviene; puede, sencillamente, borrarlo de su mente o puede, incluso, callarlo. Pero el verdadero historiador no tiene esas alternativas. El verdadero historiador tiene el mandato intelectual, fundamental, luego de haber llegado a la verdad histórica, aunque sea cuestionable, de tener el coraje intelectual para decirla, incluso, corriendo el riesgo de equivocarse él mismo. Decirla y someterla a debate.

No existe la verdad. Existe la verdad de cada quien.

Esto me llevó a mí mucho tiempo de reflexión y de estudio. ¿Por qué me atreví yo a decir en 2000 qué era lo que venía? Yo no soy un visionario. Yo no pretendo ver el futuro. Yo interpreto la historia.

Es cierto, hay un continuo del militarismo…

… pero no estamos hablando de tiempos remotos, estamos hablando de medio siglo.

Pareciera que en esta etapa del chavismo, quien gobierna no es el presidente Nicolás Maduro, sino los militares.

Tú lo has dicho, no yo. Es así, por eso digo que no es un signo de poder, sino más bien de desesperación. Es decir, ya no les basta con controlar el poder, tienen que impedir toda expresión que se salga de su absoluto control despótico. ¿Qué significa eso? Fuerza o temor. Yo estoy convencido de que es temor. Y creo que no estaba equivocado cuando he dicho que el 6-D (2015) fue nuestro verdadero Carabobo, porque por primera vez en su historia, la sociedad venezolana tomó en sus manos su causa, no ya la independencia, sino la libertad. En Carabobo se logró la independencia. Pero independencia y libertad son dos cosas diferentes. No van necesariamente juntas.

¿Diría que podrían ser excluyentes?

Por supuesto. Todos los gobiernos venezolanos han dicho, incluido el de ahora, no se metan en los asuntos de Venezuela porque este es un país libre. Suena a broma ¿no? Con la ironía mayor de que en el caso actual ni es independiente ni es libre.

El 6-D, de acuerdo a lo que usted ha expuesto tiene una entidad mucho más allá del plano electoral.

Sí, lo he dicho y lo he escrito. En una o dos generaciones, la sociedad venezolana será la primera sociedad genuinamente democrática de América Latina. Lo digo, incluso, poniendo en juego toda mi reputación como historiador. El 6-D fueron los venezolanos, no porque los llevó un partido, no porque los convocó un líder o los llamó un mesías, los que asumieron por primera vez en su historia, de una manera directa y enfrentando todas las dificultades, la determinación de su destino.

Pero lo dice en el momento en que hay más oscuridad.

Después de la oscuridad viene el amanecer, ¿no? Eso no me asombra. Si pensamos en la oscuridad en otros países… caramba. La oscuridad en Rusia duró 70 años. Y de pronto amaneció. Y no se movió una hoja en defensa del pasado.

En Cuba ya dura 70 años.

Hay una diferencia elemental con Cuba. La única sociedad de América Latina que tiene el privilegio de poder recordar la democracia es Venezuela. Todos los demás la han buscado, la han anhelado. Nosotros la vivimos durante casi medio siglo. ¿Qué explica que jóvenes que tenían 10 años cuando esto comenzó sean capaces de exponer su vida en defensa de la democracia y de la libertad? ¿Dónde aprendieron libertad y democracia?

Allí también hay un continuo.

Pero no es el ambiente el que se los ha dado, es la familia, es el entorno social, los vecinos, los amigos, todo. Ya eso ha echado raíces en la sociedad y por eso no puede ser desatendida sino por una brutal violencia que termina reforzándola. A la desesperación de este régimen todavía le falta un escalón.

¿Cuál sería?

No, ahí me callo. Yo no le voy a dar ideas al enemigo. No hace mucho sostuve, y lo dije públicamente, que la historia no registra un caso de un régimen sociopolítico liberal democrático que haya sido establecido democráticamente, pero tampoco de un régimen sociopolítico liberal democrático que haya sido restablecido democráticamente. Yo pensé que el 6-D nosotros íbamos a romper con esa especie de maldición histórica. ¿Y qué está pasando? Esta misma semana surgió el planteamiento de suprimir la Asamblea Nacional.

Lo que está pasando es que mientras se fortalece el militarismo, la Asamblea Nacional se convierte en algo accesorio, en una molestia.

Pero se reduce la Fuerza Armada a la condición de policía. Mientras tanto, ¿qué cosa ha logrado el control militar sobre Venezuela? ¿Qué resultado pudiera ser considerado como beneficioso para la sociedad?

¿Progreso? ¿Bienestar? ¿Avance?

No, no. Estás haciendo un esfuerzo para encontrar algo. Es decir, han fracasado rotundamente. ¿Qué les queda como única posición de repliegue? La violencia, ejercida en cualquiera de sus formas.

Que es lo que hemos visto y vamos a seguir viendo.

Y todavía veremos.

Germán Carrera Damas fotografiado por Roberto Mata
Germán Carrera Damas fotografiado por Roberto Mata
¿Y usted cree que en medio de este trance se puede hablar de transición?

Recuerde que yo no tengo un pensamiento propio. Yo razono como historiador. Es normal que los pueblos en medio de una situación extremadamente crítica, anhelen sobre todo la superación del momento. ¿Qué dijo Chamberlain la mañana en que empezó la Segunda Guerra Mundial? Dijo que había llegado la paz. Él respondió como político. 50 millones de muertos. La paz llegó con una bomba atómica. Caramba, uno no puede cerrar los ojos ante este hecho. Se llegó a la paz, se abrió el camino a una humanidad mucho más apta para la convivencia, sobre la base de un extremado uso de la fuerza. En el caso de Venezuela, yo les pregunto a mis alumnos. ¿A qué le teme más la paz? ¿A la justicia, al perdón o al olvido? Lo he discutido con ellos libremente, y le puedo decir que después de dos o tres horas de discusión aterrizamos en la justicia.

¿Transacción o transición? Transacción sería una negociación entre los factores políticos. Transición es un arreglo que una de las partes es capaz de promover, de imponer, digamos, en el sentido hegemónico de lo que podría ser una política distinta, diferente.

La sociedad venezolana ha sido dañada en su tejido, digamos, en sus tres resortes fundamentales. Primero, la relación entre logro y esfuerzo. Segundo, la relación entre daño y sanción. Tercero, ésta es quizás la más difícil de todas, entender la relación individuo-sociedad como una responsabilidad. En consecuencia, nada de lo que le suceda a la sociedad me es ajeno. En consecuencia mi arma es la soberanía popular. Pero nosotros hemos sido dañados en esos tres resortes. Y hoy día vemos que mucha gente, de todos los niveles, quiere lograr las cosas sin esfuerzo, o quiere cometer la falta y que no la sancionen o quiere desentenderse: yo no me meto en política, quiere prescindir de la sociedad cuando no puede existir sin la sociedad. Bueno, ese daño tendría que ser reparado. ¿Y qué cosas podrían repararlo? ¿El olvido, el perdón o la justicia? El olvido no se puede decretar, se ha intentado en la historia de Venezuela en varias ocasiones. ¡Olvido lo pasado! Y el resultado ha sido preparar nuevos y más duros enfrentamientos. El perdón, allí está la respuesta que me dio uno de mis alumnos, el padre Guillermo Emilio Wilwol, filósofo e intelectual eminente, cuando le pregunté ¿por qué el Quijote le dice a Sancho perdona pero castiga primero? Parece una contradicción, ¿no? A los pocos días, el padre Wilwol me dio esta respuesta:Mire, el perdón va dirigido al agraviado para que limpie su alma de rencor, de odio, porque de lo contrario seguirá haciendo el daño que sufrió inicialmente. El castigo va dirigido al que comete la falta, pero no como una sanción, sino como una manera de ayudarle a tomar conciencia de que ha infringido un sagrado mandamiento. No hagas a otro lo que no deseas que te hagan a ti mismo. En consecuencia, el perdón va menos con el olvido y más con la justicia. Pero olvidamos que eso ya se hizo en Venezuela como obra de la Revolución de Octubre. ¿Quiénes fueron los sancionados por el Tribunal de Responsabilidad Social y Administrativa? Más de 70. Qué hicieron en Alemania con los juicios de Nuremberg. Acaban de condenar (esta misma semana) a uno que tiene 94 años.

Uno de los sancionados fue Arturo Uslar Pietri.

Claro, ¿y por qué cree que Uslar Pietri nunca superó aquel resentimiento tremendo porque le frustraron su carrera política? Él pensaba que era el más indicado para ser el presidente de Venezuela. Pero además lo sancionaron por ladrón. Por casi un millón de bolívares mal habidos, en todo caso. El juicio existe. Yo lo he leído. Y qué curioso. ¿Sabe quién era el secretario del tribunal? Gallegos Mancera, el comunista. Existe el folleto. Eso no significa ignorar el valor de Uslar como intelectual.

¿Usted cree que debe aplicarse la justicia transicional?

Yo no le pongo apellido ni a la justicia ni a la democracia, porque cuando se le pone apellido, la dañas. <La verdadera democracia>, <la auténtica democracia> (como se tildaba en la extinta URSS), todo lo que usted quiera y termina uno estableciendo la dictadura stalinista.

http://prodavinci.com/

sábado, 2 de julio de 2016

¡EJEMPLO DE LA JUVENTUD CON LAVADO CEREBRAL! Crónica de una chavista en Nueva York


Supe de ella gracias a un amigo de la infancia, que como yo, salió huyendo de Venezuela. Recién bajaba del avión y ya empezaba a quejarse de las “atrocidades” del imperio. “Hay mucho frío, la gente es anti-parabólica”. Mi amigo aguardaba por ella pacientemente en la sala de espera del vuelo proveniente de Caracas de la línea Dynamic Airways. Era la primera vez que Joana visitaba Nueva York. Antes había estado 4 veces en Cuba, una vez y por escasos días en Bolivia y Ecuador. Tiene 26 años pero se ve más adulta. Se graduó en la Universidad Bolivariana de Venezuela, UBV, en Estudios Jurídicos y desde que se recibió sirve a la revolución con los ojos cerrados. Repite a su andar una de las frases que aprendió de su comandante, Hugo Chávez: “Sin educación, sin cultura revolucionaria, no hay revolución posible”. Así me lo repitió en el encuentro que tuvo lugar en el corazón de Manhattan días después de su arribo a la Gran Manzana. Cuando la vi por primera vez, Joana —me dijo— se enteró que no era del todo cierto lo que había escuchado desde que tenía 9 años y solía acompañar a su mamá a los mítines de Chávez en Casalta, donde nació y se crió rodeada de la pobreza y la violencia que caracteriza la popular zona residencial caraqueña.
Llegando al imperio “mismo”
Mi amigo salió con ella en su carro desde el JFK vía Queens. Me llamó por teléfono y me dijo: “La tengo, ya le comenté y me dijo que sí, aunque tiene miedo”. Al enterarme que una joven crecida y formada en la revolución venía a Nueva York le pedí a mi pana que me concertara una conversación con ella, sólo para indagar y confirmar las hipótesis que me había hecho a lo largo de los últimos años. Sí, quería verificar hasta dónde llega el daño en una generación que ha sido objeto por más de 17 años de una estrategia de ideologización y lavado de cerebro, cuyo objetivo fundamental es, precisamente, “crear un nuevo hombre”, dócil y maleable a los caprichos de los jefes de la revolución.
En encuentro
Habíamos cuadrado la entrevista a pocos días de su arribo pero no pudimos concretar un día y una hora, entre otras cosas, por los compromisos de mi trabajo, las responsabilidades de ser mamá y los eventos que inundan las agendas de los que vivimos en esta metrópolis que no duerme. Finalmente el día llegó y tuve oportunidad de conversar con la joven hecha en revolución, sellada con la marca que el Chavismo le ha imprimido en los últimos años a una parte de la juventud venezolana. Con una representante de una parte de la población que a cambio de favores y algunas limosnas del Estado, le entregó el alma al caudillo, y fue objeto de un lavado de cerebro que convirtió a parte de los venezolanos en una masa abúlica, entregada a una ideología fracasada, una doctrina cuyas consecuencias han destruído sociedades completas y las ha sumergido en un letargo, que en algunos casos, ha generado su propia destrucción.
Face to face…
Hola, Joana es mi nombre, me dijo al darme la mano. “Soy chavista de pura sepa y nada podrá cambiar ese sentimiento de amor que tengo hacia el comandante Chávez y hacia el actual presidente Nicolás Maduro. Acepté conversar contigo porque creo que es una oportunidad para dejarle saber al mundo que sí hay convicción revolucionaria en la juventud venezolana”.
Nos sentamos y pedimos un café. Mi amigo estaba nervioso, Joana tenía la mirada perdida y tenía dudas si le convenía hablar con una periodista, que además es “escuálida”.
A pesar de su arrogancia inicial, me di cuenta que sus palabras eran su escudo protector. Le pregunté si realmente quería conversar y me dijo que sí. Prendí mi grabadora, mientras José, un talentoso fotógrafo que me acompañó, encendía su cámara para empezar una sesión de fotografías que complementaria este encuentro.
Conocimos al líder, al padre de la revolución
Empezó por contarme que cuando tenía 9 años conoció a Hugo Chávez, en su barriada al oeste de Caracas. “Era como un sueño hecho realidad, ahí lo tenía frente a mí, me abrazó y me levantó la mano. Mi mamá se sintió orgullosa y sus ojos brillaban. Era la primera vez que veíamos al comandante en persona. Él venía acompañado de una multitud ruidosa y alegre. Cuando preguntó qué necesitábamos, le dijimos que una casa propia y fue cuando nos juró que nos daría una vivienda. Y lo hizo”, acotó.
Joana se lanzó a hablar sobre sus recuerdos alegres de la revolución bolivariana. Me contó que se sentía feliz cuando era niña, creía que su futuro estaba hecho. Una vez culminó el liceo se registró en la Universidad Bolivariana de Venezuela. “Estudié Estudios Jurídicos” confesó orgullosa. “Mi primer voto fue para el comandante Hugo Chávez. Lo admiro más allá de mis sentidos. Es una fascinación y no me canso de estudiar su legado. Fui a muchas de sus marchas, no era del grupo que recibía pagos o el kit para acudir a los mítines del presidente. Iba porque lo llevaba en mi corazón, él es el modelo que inspira a buena parte de la juventud venezolana”.
— Luego de estudiar en la UBV encontré trabajo con el gobierno. No lo podía creer. Ya era una profesional y me tocó trabajar aplicando la ley, monitorear que se cumpliera y trabajar en las penalizaciones para aquellos que las violaran. Trabajar como abogada para la revolución fue un premio a mi esfuerzo.
Le pregunté: ¿Qué estás haciendo aquí, en Nueva York, si tu corazón ama la revolución y tu espíritu y persona pertenece a ella? ¿Por qué no te quedaste a disfrutar de las maravillas de la revolución?
Respiró profundo y de pronto empezó a llorar. Un vaso de agua sirvió para calmarla. Se secó las lágrimas que —según ella— eran por la nostalgia que le producen los bellos recuerdos junto a Chávez. Así no más se aprestó a contestar. “Quise venir para ver el mundo. Mi mamá y todos allá me decían que los gringos eran malas personas, que trataban muy mal a los venezolanos, sobre todos a aquellos que tienen mi colorcito” (Joana es morena de cabello lacio y negro). “Ahora que llegué y que empecé a conocer gente, a ver cómo se mueve esto me doy cuenta que las advertencias que me dieron antes de salir de Caracas no se ajustan a la realidad del todo. Allá exageran. La gente aquí -por ahora- es chévere y me ha tratado muy bien”.
Eso por un lado, sentenció- por el otro, la situación de la violencia en Venezuela, la inflación y la falta de alimentos son otras de la razones por las cuales decidí salir a buscar opciones. Quería conocer y ver qué puedo hacer -momentáneamente- para ayudar a mi familia económicamente, ya que se encuentra en la situación difícil.
— ¿Qué piensas hacer? ¿Te quedas en el imperio o te regresas a Caracas? ¿Te gusta cómo se vive allá con la revolución o aquí con el capitalismo salvaje?
Respiró y confesó: “Mi familia vive mal. Esto que estamos viviendo no es lo que Chávez había soñado. Creímos y seguimos creyendo en Chávez y su modelo. Pero muchos de quienes heredaron el legado del comandante han tergiversado todo, unos que no estaban comprometidos con la revolución, se robaron el dinero y otros, de la derecha, aprovecharon los dólares del Estado para enriquecerse. Fueron muchos los traidores de los postulados del Comandante. Aunque están triste por mi ausencia, mi mamá me dijo que si conseguía oportunidades de crecer aquí en EEUU, que pensara en quedarme un tiempo. Eso sí me pidió que me cuide mucho.
-Y ¿Cómo cambiaron tan rápido de idea? Apenas tres semanas y ya te piden que te quedes? ¿ Qué pasó con lo que habían creído en los últimos 17 años?
No han cambiado de idea. No. Sólo quieren que yo busque una oportunidad para resolver el problema del dinero mientras se recupera la revolución y los precios del petróleo mejoran. Ellos no quieren que yo me quede aquí permanentemente. De hecho, yo tampoco me quiero quedar en los Estados Unidos porque no comulgo con este sistema, es un asunto temporal. Cuando llegué a Nueva York, le comenté a mi familia que nada de lo que me habían dicho era verdad, que la gente aquí no me discriminaba por mi color, y en general creyeron que estaba enloquecida”.
-O sea ¿Vas aprovecharte de este sistema mientras se recupera el otro?
-No lo había visto así, pero si tu lo planteas, pues si. EEUU se ha aprovechado bastante de Venezuela, ha robado nuestros recursos, ha destruido nuestra economía y ha apoyado a los golpistas de la derecha para que sacaran del poder al comandante y al presidente Maduro. Así es que no es descabellado que yo venga aquí a buscar unos dólares para solventar una situación que es circunstancial.
-¿Crees que la revolución es sostenible en el tiempo?
-Por supuesto. Esto que está pasando es circunstancial. Una vez que se produzca el equilibrio de los precios del petróleo y se aplique la ley a los que la han violado y se sancione a los culpables todo va a mejorar.
_¿Cuando estudiaste en la universidad, en algún momento estudiaste algo sobre el sistema económico mundial?
-Si. Estudié derecho internacional, aprendí cómo el capitalismo se convirtió en un un sistema atroz, asesino, inhumano. Por eso estoy comprometida con el socialismo, es el mejor sistema del mundo, la mejor salida a la crisis. En el socialismo la gente es feliz, y todos somos iguales. El socialismo hay que perfeccionarlo porque las fallas que tienen se deben a los ataques de los enemigos.
-No entiendo cuando dices que te quedas para buscar dólares para ayudar a tu familia que está pasando necesidades allá y a la vez crees que el socialismo es la salida. Te puedes explicar mejor.
-Es fácil de entender. El socialismo es la salida pero está golpeado en este momento porque los enemigos de la revolución trataron de destruir el legado del comandante. Pero nosotros vamos a trabajar para reconstruirlo. Durante la crisis del sistema, yo decidí venir aquí, para ganarme unos dólares. Solo eso. Probablemente tú no me entiendas porque eres escuálida, y fuiste enajenada y eso te hace perder la sensibilidad social, el capitalismo es individualista.
-¿Conoces a Nicolás Maduro? ¿Cuál es tu opinión sobre él?
-Sí lo conocí, es un gran ser humano. Es dulce. Creo que es una víctima de las circunstancias, y de algunos que lo rodean y no me queda la menor duda que él fue una buena elección del Comandante.
Y así se fue…
Joana es una joven hecha en revolución. A la medida del modelo instaurando desde 1999. En sus palabras se aprecia la contradicción, los huecos dejados por un sistema educativo de adoctrinamiento, con graves deficiencias. Joana es chavista pero vino a buscar dólares a Nueva York, a disfrutar de los placeres del capitalismo mientras se resuelve la revolución.
Ya han pasado tres meses de este encuentro que me dejó un sabor amargo en el alma. Aún Joana vive en Queens, ahora tiene novio, y aunque le han conseguido varias “chambas” no ha pegado en ninguna. Es duro acostumbrarse al ritmo del trabajo de los neoyorkinos. No para y yo me siento agotada me dijo la última vez que la vi. Cuando le dije que publicaría próximamente la entrevista me pidió que no publicara sus fotos, ni su apellido. “Eso porque algún día volveré y no quiero que me acusan de traidora de la revolución por el hecho de haber hablado con una periodista”.

Eso -le dije- se llama miedo…a lo que me respondió “Sí miedo a ser señalada de no cumplir con los principios de nuestra revolución que es la mejor del mundo”.