Compañeros y compañeras, tenemos que acabar con la pobreza en el mundo y tenemos que hacerlo ya. Ya visteis el reciente informe de OxFarm donde las 62 personas más ricas del Mundo tienes la misma riqueza que la mitad de la población mundial más pobre. Debemos acabar con esta injusticia, así que cuando digo exprópiese, se expropia. Vamos a repartir todo lo que tienen los que más tienen entre los millones que menos tienen. No sólo es justo sino que es del todo necesario.
Cómo habéis visto la proclama que os acabo de soltar suena bastante bien. Vamos a entrar en el detalle de los números si El Mundo decidiera de forma global expropiar toda la riqueza a las personas más ricas del planeta y repartirla entre los más pobres.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta, es que a nivel global si tienes más de $3.210 en tu cuenta bancaria y ninguna deuda ya eres más rico que la mitad de la población adulta del mundo. Es decir no te tocaría nada en el reparto. No hace falta que os diga que si tienes una vivienda en España de propiedad sin una hipoteca pasáis a estar probablemente entre el top del 10% de las personas más ricas del mundo, situación en la que se encuentra muchas personas de edad avanzada en España que tienen una vivienda en propiedad pero que a pesar de ello nadie consideraría como ricos. De hecho la media de los 3.386 millones de adultos que componen el 71% de la población mundial tienen una riqueza media de $2.185.
Primera conclusión, si decidimos eliminar la pobreza mundial expropiando la riqueza de los más ricos lo más probable si estás leyendo este blog y vives en España es que no te tocaría nada.
Y ahora hacemos zoom sobre la cúspide de la pirámide de riqueza, los 34 millones de personas que tiene un patrimonio superior al millón de dólares y que entre todos acumulan 112 mil millones. Casi 15 veces más riqueza que el 71% más pobre.
Expropiando a los 62 más ricos del planeta
Pero vamos a los hechos. Pongamos que se toma la decisión de expropiar a las las 62 personas más ricas del planeta y repartirla entre el 71% de la población mundial más pobre. Con este reparto lograríamos si todo va bien tres cosas:
- El 71% más pobre vería cómo su riqueza media de $2.185 a $5.198. No los sacamos de pobres pero menos es nada.
- Tendríamos a 62 pobres más en el mundo.
- Mejoraríamos los ratios de inequidad.
A grandes rasgos el panorama no cambiaría mucho. Seguiríamos teniendo pobres a costa de tener 62 pobres más.
Expropiar a los 62 más ricos del planeta no es suficiente para erradicar la pobreza. Así que vamos a darle una vuelta de tuerca. Hay que expropiar mucho más.
Expropiando a los 34 millones de personas más ricas del planeta
Las cosas quizás podrían cambiar si tomamos la decisión de expropiar todas las riquezas a los 34 millones de personas que tiene un patrimonio que supera el millón de dólares y lo repartimos entre el 71% de la población adulta del mundo más pobre.
En este caso la riqueza de los 3.386 millones de adultos (más los 62 super millonarios expropiados inicialmente) pasará de los $5.198 a los $33.343. Un incremento significativo y apreciable.
No le solucionamos la vida de por vida a nadie y la mayoría de esos 3.386 millones de adultos más pobres segurían siendo pobres, aunque muchos de ellos tendrían en teoría una mejora significativa en sus niveles de vida. No hace falta decir que los ratios de inequidad mejorarían de forma sustancial aunque la mejora vendría a costa de enviar a 34 millones + 62 personas a la pobreza.
La riqueza un valor volátil
El principal problema que tendríamos de llevar a cabo la expropiación de la riqueza es que suele ir ligada a bienes cuyo valor es tremendamente volátil. La mayoría de los super millonarios suelen tener su patrimonio concentrado en acciones de empresa, bienes inmuebles o incluso bienes de lujo. Amancio Ortega o Bill Gates están entre esa lista de 62 personas más ricas del mundo pero el 90% del valor de su fortuna está invertido en acciones de Inditex o Microsoft. Si un ente mundial les expropia su riqueza y la quiere repartir entre los más pobres, el primer efecto que provocaría sería el desplome en el valor de sus acciones.
Primero porque deberías vender esas acciones de forma masiva para convertirlas en dinero que poder repartir (a un pobre de poco le sirve que le den una acción de Inditex) y segundo porque al acabar con los millonarios te quedarías también sin compradores potenciales para esas acciones que quieres poner a la venta. El grueso de la fortuna de Bill Gates y Amancio Ortega desaparecería sin antes haberla podido repartir.
Lo mismo sucede con los bienes inmuebles, joyas, oro o diamantes. Quién iba a pagar los 10 millones de dólares que vale una mansión cuando no hay ricos para comprarla. En el caso de los bienes inmuebles, lo que tendrías que hacer es más que poner a la venta una mansión que nadie te podría comprar es dar cabida donde antes vivía una familia ahora a 50 familias.
Por espacio seguro que caben el problema seria quien corre con los gastos de adaptación para dar cabida a 50 nuevas familias donde antes vivía una y sobretodo quién es el que va a correr con los gastos de mantenimiento de una mansión, gastos que no son precisamente low cost si lo que quieres es mantener la mansión mínimamente habitable. Lo normal es que con el paso del tiempo esa mansión sin el mantenimiento adecuado, porque nadie se lo podría permitir, fuera deteriorándose en el tiempo hasta llegar a un punto en el que fuera totalmente inhabitable.
A lo que quiero llegar es que los super ricos tienen unos valores de su riqueza tan elevados porque existen otros super ricos dispuestos a comprar sus bienes o acciones a esos precios. Si dejan de existir otros ricos que las puedan comprar a esos precios el valor de la riqueza de los super ricos se evapora de la noche al día.
Vamos ahora hacia los más pobres. Con el reparto, suponiendo que el valor de la riqueza no se volatilice ni evapore por el camino, salen claramente ganando. No salen de pobres, pero que una persona pase de tener un patrimonio de $2.185 a un patrimonio de $33.343 es un salto cualitativo importante. A muchos ciudadanos del tercer mundo les permitiría por ejemplo poder tener una vivienda en propiedad, modesta, pero vivienda en propiedad.
Sin embargo ¿Qué sucedería si en un barrio pobre de Nairobi de 10 mil habitantes, todos pasaran de tener $2.158 a más de $33 mil? Si probablemente lo habéis adivinado. A mismo número constante de viviendas, estás aumentarían su precio de forma proporcional al aumento de la demanda. Es muy probable que a nivel de poder adquisitivo esos $33 mil se aproximarán a lo que podías comprar antes con $2.158.
Sin soluciones fáciles
Resumiendo. Expropiar a los obscenamente ricos y repartirlo entre los pobres es francamente tentador. Pero no es el gran mal del mundo. Expropiar y repartir puede parecer una solución de cajón pero..
1- La riqueza que acumulan los más ricos no da para solventar la pobreza mundial.
2- La riqueza tiene hoy en día asignado un valor que es en cierto modo ficticio por lo que no hay tanta riqueza a repartir cómo podemos pensar.
3- La solución sostenible no viene por ampliar la base de la pirámide a base de cortar la cúspide sino por con sistemas que incentiven la creación de riqueza y se garantice que de esta creación se beneficie todo el mundo.
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