viernes, 8 de enero de 2016

Suníes y Chiíes: ¿Qué diferencia hay?

chiis-compressor

Gustavo Rivero. Los enfrentamientos entre las dos grandes ramas del Islam, los suníes y los chiíes, se dan en todo el mundo musulmán. En Oriente Medio una potente mezcla de religión y política ha agudizado la brecha entre el gobierno chií de Irán y los países del Golfo, que tienen gobiernos suníes. Prueba de ello es la reciente ruptura de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudí e Irán. Un informe de Pew Research Center llegó a la conclusión de que el 40% de los suníes no consideran a los chiíes estrictamente musulmanes. ¿Qué divide exactamente a suníes y chiíes?

suni-compressor

La clave se remonta a la muerte en el año 632 del fundador del Islam, el profeta Mahoma. Las tribus árabes que le seguían estaban divididas en cuanto a quién debía heredar el liderazgo. La mayoría, los suníes, que en la actualidad constituyen el 85% de los musulmanes, apoyaban a Abu Bakr, amigo del profeta y padre de su esposa Aisha (las fuentes tradicionales afirman que se casó con Mahoma a la edad de 7 años cuando el profeta contaba con 53 años). Otros consideraban que Mahoma había elegido a Ali, su primo e hijastro. Llegaron a ser conocidos como los chiíes, un diminutivo de “shiaat Ali”, los partidarios de Ali. Los partidarios de Abu Bakr ganaron, aunque Ali se erigió en breve como el cuarto califa, el título dado a los sucesores de Mahoma.

La división del Islam se consolidó cuando Hussein, el hijo de Ali, fue asesinado en el año 680 en Kerbala (actual Irak) por las tropas del califa suní que gobernaba. Los gobernantes suníes continuaron monopolizando el poder político, mientras que los chiíes vivían en la sombra mientras ponían la mirada en sus imanes, los primeros doce de los cuales descendían directamente de Ali, para recibir orientación. Conforme pasaba el tiempo las creencias religiosas de los dos grupos comenzaron a divergir.

Hoy los 1.600 millones de musulmanes del mundo están de acuerdo en que Alá es el único Dios y Mahoma su mensajero. Siguen cinco pilares rituales del Islam, incluyendo el Ramadán, el mes del ayuno, y comparten un libro sagrado, el Corán. Pero mientras que los suníes se basan en gran medida en la práctica del profeta y sus enseñanzas (la “sunna”), los chiíes ven en sus ayatolás el reflejo de Dios en la tierra. Esto ha llevado a los suníes a acusar de herejes a los chiíes, mientras que éstos señalan que el fundamentalismo suní ha creado sectas extremistas como los puritanos Wahabíes.

La mayoría de las sectas chiíes dan importancia a la creencia de que el imán duodécimo y último está oculto (denominado “en la ocultación”) y volverá a aparecer un día para cumplir la voluntad divina. Mientras tanto, su sentido de marginación y opresión les ha llevado a tener ceremonias de luto como la Ashura, en la que los seguidores se flagelan a sí mismos para conmemorar la muerte de Hussein en Karbala.

Nunca ha habido un enfrentamiento entre chiíes y suníes de la escala de la Guerra de los Treinta Años, en la que sectas cristianas lucharon entre sí en la Europa del siglo XVII, con una gran pérdida de vidas humanas. Esto es en parte debido a que los chiíes, siempre conscientes de su condición de minoría, se retiraban. Las líneas que dividen a los musulmanes en Oriente Medio hoy se deben tanto a la política como a la religión.

La “Media Luna Chií”, que se extiende desde Irán, a través del régimen de Assad en Damasco hasta Hezbollah en el Líbano, en su momento fue elogiada por personalidades suníes. Pero las revoluciones en la región han enfrentado a los gobiernos chiíes contra los estados suníes del Golfo, como Arabia Saudí y Qatar, que han apoyado a sus correligionarios con dinero. Esto está fortaleciendo la asertividad suní y hace que los chiíes se sientan más amenazados que de costumbre. En la mayoría de los casos, sin embargo, los miembros de los dos grupos siguen viviendo juntos en armonía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario