Si tenemos en cuenta que cerca de 3.000 millones de personas sobreviven con menos de 2 dólares al día, se hace evidente que esa deuda será absolutamente impagable.
De acuerdo con un informe reciente difundido por el Instituto Global McKinsey, titulado “Debt and (not much) deleveraging”, el monto total de la deuda en nuestro planeta ha crecido desde los 142 billones de dólares a finales de 2007, hasta los 199 billones actuales.
Es la mayor montaña de deuda de la historia y estos números demuestran, digan lo que digan los políticos de turno, que la economía global está en peores condiciones ahora que justo antes de la última crisis financiera.
Pongamos algunos ejemplos…
Antes de la última recesión, la deuda nacional de Estados Unidos estaba entorno a los 9 billones de dólares. En la actualidad, se ha doblado, hasta los 18 billones de dólares.
Lo que resulta más sorprendente es que en realidad, donde más ha crecido la deuda, ha sido en China.
La deuda total china ha crecido desde los 7 billones de dólares en 2.007 hasta los 28 billones en la actualidad. Se ha cuadriplicado en 8 años, impulsada por el mercado inmobiliario y la banca en la sombra.
Al respecto, hay tres cuestiones que los expertos consideran potencialmente preocupantes: la mitad de todos los préstamos están vinculados, directa o indirectamente, al sobredimensionado mercado inmobiliario de China; las cuentas bancarias en la sombra y que no están reguladas suben a casi la mitad de los nuevos préstamos; y la deuda de muchos gobiernos locales es probablemente insostenible.
Todo esto significa que los problemas económicos globales a largo plazo han empeorado mucho estos últimos años.
El período de estabilidad relativa que estamos experimentando está siendo impulsado, principalmente por enormes cantidades de deuda y una impresión de dinero voraz. Es decir, estamos inmersos en una burbuja financiera gigantesca que, en caso de estallar, podría tener consecuencias mucho peores que las que provocó la última crisis.
A principios de 2008, la deuda de los gobiernos representaba una porción más pequeña de deuda que la de las empresas, los hogares o las deudas financieras. Pero ahora las supera con creces.
La situación actual es mucho peor que en el año 2000 o en 2007 y con tasas de interés cerca de cero, los bancos centrales ya han agotado todas sus municiones.
Según Claus Vogt, analista con sede en Berlín y co-autor de un libro de 2011 titulado “La trampa de la deuda global”…
“Cada burbuja especulativa se basa en una especie de cuento de hadas, una historia en la que los participantes creen en la burbuja y que usan como racionalización para comprar acciones o bonos extremadamente sobrevaluados. Y ahora es la fe en las capacidades de planificación central de los banqueros centrales del mundo. Cuando la pérdida de confianza en la Fed, el BCE etc. empiece, la estampida en el terreno de las acciones y los bonos se iniciará. Creo que estamos muy cerca de este momento crucial en la historia financiera”
Sin embargo, a pesar de las advertencias al respecto de gran cantidad de expertos del mundo financiero desde hace meses y años, lo cierto es que el colapso no llega y la increíble burbuja del mercado de valores continúa hinchándose más y más.
Empresas de Internet que ni siquiera existían hace una década, ahora supuestamente están valoradas en miles de millones de dólares, a pesar de que algunas de ellas no obtienen beneficios en absoluto. Incluso hay un nombre para definir este fenómeno. Las empresas de Internet que tienen valoraciones gigantescas sin fuentes de ingresos que las justifiquen, son llamadas “unicornios”…
Una mezcla vertiginosa de ideas audaces e inversiones suntuosas ha catapultado docenas de empresas privadas de reciente creación a la condición de “unicornios”, que es como se define tener valoraciones de mercado de al menos 1000 millones dólares, a menudo sin tener ingresos para igualarlas. Por ejemplo, la red social Pinterest se ha disparado hasta los 11.000 millones de dólares. Uber, la red de transporte compartido vía móvil, ahora alcanza la cifra de 50.000 millones.
Y por si esto fuera poco, actualmente estamos viendo como Wall Street incluso llega a premiar a las empresas que pierden grandes cantidades de dinero trimestre tras trimestre.
Por ejemplo, la cadena de tiendas JC Penney anunció que perdió 167 millones de dólares durante el primer trimestre de 2015 …
JC Penney “sólo” perdió 167 millones de dólares durante el primer trimestre. En Wall Street están encantados porque se superaron las expectativas y la respuesta ha sido: comprar, comprar, comprar.
Esta pérdida eleva las pérdidas acumuladas totales de JC Penney desde 2011, hasta los 3.500 millones de dólares. De hecho, JC Penney no ha tenido un trimestre rentable en más de cuatro años.
Sin embargo, parece que en Wall Street se aconseja comprar las acciones de JC Penney, que han pasado de valer 42 dólares en 2012 a su nivel lamentable actual de 9 dólares la acción.
La excusa es que se ha producido un incremento del 3,4% en las ventas comparables, aunque los expertos olvidan mencionar que JC Penney quemó 274 millones de dólares en efectivo en el primer trimestre y que su patrimonio se ha reducido en 1.000 millones de dólares en el último año, mientras que su deuda a largo plazo ha aumentado en 500 millones.
Pero el sentimiento en Wall Street sigue siendo: comprar, comprar, comprar…
Esta es la forma irracional de actuar de Wall Street actualmente. JC Penney está cayendo en el abismo y sin embargo, todavía hay gente que está vertiendo enormes cantidades de dinero en ese agujero negro financiero.
A todo ello, debemos añadir que los grandes bancos estan expuestos masivamente a los contratos de derivados, especialmente, derivados de los tipos de interés.
Según el Banco de Pagos Internacionales, el valor nocional de los derivados de tipo de interés de los contratos pendientes en todo el mundo alcanza la asombrosa cifra de 505 billones de dólares. Recordemos, como hemos dicho antes, que la deuda de EEUU solamente, sólo alcanza los 18 billones de dólares.
La clave para asegurar que todas estas apuestas sobre las tasas de interés no comienzan a ir mal, es que los tipos de interés se mantengan estables.
Por esa razón, lo que sucede en Grecia es tan importante. El gobierno griego ha anunciado que puede llegar a incumplir un pago del préstamo que tiene con el FMI el 5 de junio y eso podría provocar la mayor crisis derivados de tipo de interés jamás vista.
¿Tiene algún sentido todo esto?
¿Hasta qué punto ha llegado la locura en el mundo financiero?
¿Quién podrá sostener en pie este gran castillo de naipes?
¿Por qué a pesar de todas las señales ominosas, no se derrumba todo?
¿Quién está sosteniéndolo todo y con qué objetivo?
Hace tiempo que el colapso económico es inminente…pero no acaba de llegar.
¿Quizás hay gente muy poderosa que espera el momento adecuado para asestarle el golpe final al viejo sistema financiero y político global y llevarnos a un nuevo paradigma?
Todo parece indicar que realmente es así…
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