Mi amigo Paco “El Loco” me hace llegar “la confesión” que le hizo el otro día un “pecador de la pradera”. Se trata de una persona que fue Jefe de Unidad de una gran empresa industrial española. Trabajador, preparado, honrado por encima de todo, dentro de su misión se encontraba el que el resto de empleados fueran igualmente honrados, detectando quien no lo era y aplicando las medidas correctoras correspondientes. Tenía muy buen sueldo, vivía bien y gastaba a tope. Propietario de una vivienda en Madrid, un chalet en la sierra, y una casa alquilada todo el año en la playa levantina.
Pasaron los años, los hijos se hicieron mayores, vinieron tiempos de crisis en toda España, lo prejubilaron. Y llegaron las lamentaciones.
Querido amigo. No sé cómo empezar, me he pensado mucho dar este paso, enviarte este mail, pero mi situación es desesperada, y lo que es seguro es que vas a pasar un mal rato, cuando lo leas y después, y que te echarás las manos a la cabeza.
No tengo un duro. Siempre he ido al límite, pero mis compañeros y amigos del banco con el que trabajo, me han ido apoyando con pequeños préstamos y especialmente descubiertos en cuenta corriente y comprensión. Desde el pasado año, con el cambio de la política de riesgos del banco, me han cerrado totalmente las puertas. La devolución de los recibos es total, algunos los he ido haciendo frente, pero ya no puedo más y tengo básicos colgados. A ello se une que a partir de la próxima semana, me caen por primera vez en mi vida varias modalidades a Mora, hipoteca, tarjetas, descubierto, y la deuda que mantengo con la Seguridad Social al no haberla podido atender, solo a través de los embargos que me hacen sobre los pequeños saldos que tengo en otra entidad, igual hasta me quedo sin pensión.
Me imagino que a estas alturas ya estás alucinando. Este problema me ha originado una depresión de caballo, me paso la mañana llorando como un niño, cuando llega mi mujer intento disimular, no duermo pese a que tomo pastillas, que en mi vida lo he hecho, no como (he adelgazado doce kg en dos meses), no estoy al límite, lo he sobrepasado.
A ello se une que hace dos meses más-menos, falleció mi hermano, único familiar que me quedaba, en parte es el origen de mis problemas porque desde el 2010 le estaba intentando salvar, no podía y le ido pagando hasta desahucios, nunca me ha devuelto nada, pero el año pasado visto como estaba yo, dejé de hacerlo y cuando he visto como le encontraron, cómo vivía, como lo debió pasar los últimos meses, etc, encima me considero culpable, sin motivo, pero el coco manda.
Mi familia no sabe nada de esta situación, y así, aunque no estés de acuerdo, debe seguir de por vida, me pase lo que me pase. Mi mujer está enferma, mi hijo en el paro desde hace bastante tiempo y lucha para conseguir vivir y pagar su hipoteca, y la chica me ayudó hace meses con un argumento puntual que le di, falso, para poder pagar recibos y no he podido devolvérselo. Mi mujer y mis hijos creen que mi estado es por el fallecimiento de mi hermano, y aunque haya influido, nada más lejos, es el tema económico.
Necesito un mínimo de diez mil euros para arreglar lo del banco, la Seguridad Social y los recibos (me van a empezar a cortar todo). Aquí está el motivo de este vergonzoso escrito… ¿me lo puedes prestar? Entenderás que si llego a este punto es que todo está acabado.
He solicitado una hipoteca a otro banco para tener tesorería, pues con el que trabajo habitualmente me la ha denegado. Estaba casi autorizada, pero han detectado en la cuenta el embargo de la Seguridad Social del poco saldo que había, y salvo que pague previamente y lo arregle, no hay nada que hacer, si encima entro en Mora se acabó para ahora y para siempre.
No te pido ayuda, sino auxilio, no un favor, que lo es, sino que te lo ruego. No podría devolvértelo hasta final de año, y sólo en parte. Te firmaría el documento que consideres oportuno.
Te ruego que no intentes llamarme ni verme, ahora mismo no podría ni hablarte, ni mirarte a la cara. Me he derrumbado varias veces escribiendo esto y todavía no sé si seré capaz de enviártelo, si lo hago, malo, es que ya no puedo más, sabes que soy muy raro, muy introvertido y es lo más grave que me ha pasado en toda mi vida.
Estoy muy asustado. Por la cabeza me pasa tomar otras medidas, y a punto he estado hace poco, que me acojonan. Tengo que salir de ésta. Mi vergonzosa petición me lleva a decirte mi cuenta para que me ingreses lo que puedas, ya da igual.
Perdóname, perdóname y perdóname. Te ruego no me juzgues, soy el mismo, sin dinero, no hay vicio alguno, solo el tabaco y casi no puedo comprarlo, ni viajamos, ni salgo, ni comidas, ni nada. No puedo más, amigo.
Es la vergonzosa petición, y vuelvo a insistir, tu sabes lo que me está costando hacerla, de un amigo que solo acude a la última opción.
Un fortísimo abrazo. Te ruego que hagas lo que hagas respetes las decisiones que te he pedido antes respecto a mi familia y que no salga de nosotros dos.
No sabemos si esta misiva tuvo contestación. La crisis económica iniciada en el año 2007 se ha llevado por delante a muchas personas y familias, en este caso, poco previsoras, que han vivido carpe diem pensando que nunca podrían llegar a una situación desesperada como la relatada. En muchas ocasiones, la crisis ha sido exógena a la propia persona, en otras muchas, ha sido el “efecto riqueza” y la consecución inminente del deseo, incluido la compra de una vivienda por encima de sus posibilidades, gastando más de lo que se ingresaba, por importantes que fueran dichos ingresos. Es problema de las personas. Y de los Ayuntamientos, de las Autonomías y de los Estados.
Es lo que se llama sobreendeudamiento, estado financiero caracterizado por la insuficiencia de ingresos del deudor para cumplir con los pagos de las diferentes deudas contraídas, asunto básico de discusión de los diferentes partidos políticos.
Publicado en PUERTA DE MADRID de Alcalá de Henares del 13-06-2015
Fuente: https://ancamfer.wordpress.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario