Parece que en el futuro, no se van a respetar ni las fronteras de nuestro cerebro.
Ya se están desarrollando diversas tecnologías invasivas de nuestra privacidad que prácticamente nos convertirán en esquizofrénicos, obligándonos a escuchar anuncios dentro de nuestra cabeza sin nuestro permiso.
Parece una fantasía, pero ya se han dado varios pasos en esa dirección.
Por ejemplo, hace ya un par de años se anunció el desarrollo de un dispositivo llamado “Talking Windows”.
Talking Windows aprovechaba la costumbre que tienen algunos pasajeros en los trenes de recostar la cabeza sobre la ventana al quedarse dormidos. La tecnología hacía vibrar el cristal de la ventana y dicha vibración se transmitía al interior del cráneo, de manera que el viajero apoyado en la ventana, escuchaba un anuncio dentro de su cabeza…que nadie más podía escuchar.
Tal y como describe el video:
“Una ventana vibrante y silenciosa se convierte en un novedoso medio de audio. Un transmisor especial libera oscilaciones de alta frecuencia que se convierten en sonido en el cerebro, sin ningún tipo de señales acústicas que viajen a través del oído”
Parece un invento anecdótico, destinado a fracasar estrepitosamente, pero deberíamos tomarlo muy en serio: nos está hablando del tipo de publicidad y de tecnología que se desarrollará en un futuro inmediato y de la filosofía invasiva a nivel mental que conlleva.
Otro ejemplo lo vimos en una publicidad de un canal de televisión dedicado a la temática paranormal, llamado Paranormal State, ya hace unos años…
La gente que caminaba por la calle, al llegar a un determinado punto en una esquina, de repente escuchaba una voz susurrante que parecía no salir de ninguna parte. la voz era proyectada desde lo alto de un edificio, donde había un anuncio y desde el cual se transmitía el sonido focalizado sobre un punto, de manera que solo individuos que estuvieran en ese lugar exacto sobre el que se proyectaba el sonido, podían escuchar el anuncio.
Todo este tipo de tecnología no tiene nada de novedoso. Ya existe desde hace años, pero hasta ahora solo la utilizaban los militares.
Si echamos la vista atrás, encontraremos, por poner un ejemplo, la patente de un invento publicado el 27 de octubre de 1992; se trata de la patente estadounidense 5.159.703 para un “sistema de presentación subliminal silencioso” que fue supuestamente desarrollado para uso militar.
Utilizaba un rango de frecuencias muy alto o muy bajo, prácticamente inaudibles o en el espectro de frecuencias ultrasónicas, que eran moduladas para transmitir acústicamente o vibratoriamente, por inducción cerebral, mensajes concretos que podían ser escuchados dentro del cerebro.
Se estima que el Pentágono probó en secreto esta tecnología sobre los soldados iraquíes en la Operación Tormenta del Desierto, provocando que decenas de miles de personas se rindieran sin tan solo efectuar un disparo.
De acuerdo con un artículo titulado, “El Sonido del Silencio: La antítesis de la libertad” del Dr. Ott, se informó brevemente de estas pruebas de guerra psicológica en la prensa internacional (como en la ITV británica), aunque la información fue prácticamente censurada en Estados Unidos.
“El 23 de marzo de 1991, una breve noticia fue publicada en un boletín de la ITV titulado “la guerra psicológica de Alta Tecnología llega a Medio Oriente”. Esto fue durante la administración de George Bush padre, durante la “Operación Tormenta del Desierto” y describe con un detalle notable una de las operaciones de guerra psicológica encubiertas de Estados Unidos que fue desplegada con éxito contra las tropas iraquíes en Kuwait”
Así es como informó la prensa británica sobre el incidente:
Un programa de guerra psicológica increíble y altamente clasificado que utiliza técnicas de proyección de “Sonidos Silenciosos” ha sido desplegado con éxito.
La oportunidad de utilizar esta tecnología se presentó cuando el sistema de mando y control militar de Saddam Hussein fue destruido.
Las tropas iraquíes fueron obligadas a utilizar las emisoras de radio de FM comerciales para transmitir órdenes codificadas, que se emiten en la frecuencia de 100 MHz. El equipo de operaciones psicológicas de Estados Unidos estableció su propio transmisor FM portátil, que utiliza la misma frecuencia, en la ciudad desierta de Al Khafji. Este transmisor de EE.UU. acabó dominando a la emisora local iraquí. Fue así como, junto con música patriótica y religiosa, la operación consiguió transmitir “órdenes militares vagas, confusas y contradictorias así como otra información destinada a confundir a las tropas”.
Sin embargo, mientras desorientaban a los soldados a través de la emisora, los norteamericanos desplegaban una tecnología mucho más poderosa, con un efecto subliminal.
Un sofisticado sistema electrónico diseñado para “hablar” directamente en la mente del oyente; alterar y arrastrar sus ondas cerebrales, manipular los patrones electroencefalográficos de su cerebro y así implantar artificialmente estados emocionales negativos : sentimientos de miedo intenso, ansiedad, desesperación y desesperanza fueron proyectados en la mente de los soldados iraquíes. Este sistema subliminal increíblemente eficaz no sólo induce a las personas a sentir determinadas emociones; de hecho, literalmente implanta esas emociones en la mente de los objetivos, haciéndolas sentir como si fueran algo propio.
¿Esto es posible? ¿Es una fantasía?
Bien, lo cierto es que los militares norteamericanos han admitido la existencia de esta tecnología en un documento desclasificado del Ejército titulado “Efectos biológicos de las armas selectas no letales”; dicha admisión se produjo tras una solicitud de liberación de información (FOIA o Freedom of Information Act) en respuesta a una solicitud relativa a los efectos auditivos de microondas en el año 2006.
Bajo el título “audición por microondas”, el documento analiza el uso de pulsaciones en campos de radiofrecuencia para proyectar comunicaciones directamente en el cerebro de un objetivo.
Al año siguiente, DARPA ( La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa), dio a conocer sus planes para un “Proyector Sónico”, tal y como informó la revista de tecnología Wired:
El proyector Sónico se ha diseñado para ser un sistema que, utilizando transductores de tecnología acsútica de alta potencia y algoritmos de procesamiento de señales, pueda dar lugar a un sonido que parezca provenir de todas partes, pero que solo escuche un objetivo concreto dentro de su cabeza
Este tipo de tecnología también es conocida como armamento de la “voz de Dios” y dispositivos de este tipo, ya hace décadas que están en funcionamiento.
Estos son solo algunos ejemplos de tecnologías conocidas y que probablemente ya están anticuadas.
Conociendo la velocidad a la que se desarrolla la tecnología actualmente, no podemos ni imaginar lo que ya puede haberse desarrollado al respecto.
Lo más terrorífico del asunto, es que, sabiendo que existen este tipo de tecnologías capaces de proyectar voces imaginarias en tu cabeza y hacértelas escuchar como si fueran algo completamente real, nadie puede estar a salvo de ello.
Cuando una persona afirma sentir voces dentro de su cabeza, automáticamente es considerado un loco y es diagnosticado con esquizofrenia u otra enfermedad mental; es ampliamente medicado y su vida, probablemente queda destruida.
Así pues, ¿no es un método perfecto para sacarse de en medio a personas incómodas? ¿No es un método idóneo para inducir a determinadas personas a cometer crímenes o asesinatos y hacerlas pasar por locas?
¿Cuántas cosas se pueden conseguir con tecnologías de este tipo, que encima no dejan ni rastro?
Pero más allá de las evidentes aplicaciones militares, en el campo del espionaje o a la hora de provocar atentados de falsa bandera, lo cierto es que este tipo de tecnologías abren las puertas a que, si en un futuro cercano se hacen públicas, nos lleven a vernos obligados a escuchar anuncios dentro de nuestro cerebro.
Quizás empiecen como advertencias de seguridad en el metro, con voces proyectadas en nuestro cerebro diciéndonos cuando nos acerquemos demasiado al borde del andén: “pasar de esta línea puede resultar peligroso para su seguridad”.
Más adelante podrían extenderse a otro tipo de advertencias o apuntes de seguridad localizadas en zonas concretas y entonces no tardaríamos en escuchar una voz dentro de nuestra cabeza advirtiéndonos del peligro del tabaco cuando encendiéramos un cigarrillo o de no conducir un coche cuando tomáramos unas copas en un pub.
Y de ahí a que se conviertan en anuncios privados de productos, proyectados en el interior de nuestras cabezas, solo habría un paso.
Aunque lo parezca, esto no es una fantasía.
Corremos el peligro real de vivir en un futuro repleto de anuncios selectivos, destinados a individuos concretos, con voces que penetrarán en tu cerebro y que solo escucharás tú, vendiéndote productos que solo te interesarán a tí o dándote consejos o instrucciones para que obedezcas a la ley.
Decían que la mente sería nuestro último refugio, pero parece que ni tan solo eso nos van a dejar…
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